Cuadernos
Ensayo por la juventud (XI)
Capítulo 11: Siria.
Saguía el Hamra y Río de Oro eran los dos territorios en que se dividía el Sahara Español antes de la ocupación de Marruecos. El Frente Polisario es el Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, un movimiento rebelde de liberación nacional del Sahara Occidental, que trabaja para acabar con la ocupación de Marruecos y conseguir la autodeterminación del pueblo saharaui. Privado de autonomía, el Sahara Occidental está ocupado y administrado por Marruecos en las zonas norte y oeste. No obstante, hay una quinta parte del territorio, la zona oriental, gestionada por la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), dependiente del Polisario. Un muro defensivo militar construido por Marruecos separa ambas zonas. Tiene dos mil kilómetros de largo y una altura media de dos metros protegido por alambradas, zanjas, campos de minas antipersona y fortificaciones cada cinco kilómetros. El Sahara Occidental es considerado por el Banco Mundial como el territorio más rico de todo el Magreb por contar con el mayor banco pesquero del mundo y por sus abundantes reservas de fosfatos. Junto al cauce seco del río Saguia el Hamra, en la zona desértica de Agdaym Izik, cerca de El Aaiún, capital y ciudad más importante de la República Árabe Saharaui Democrática, el 10 de octubre de 2010 se creó el campamento provisional de protesta Gdeim Izik, con nueve personas los primeros días y veinte mil tras dos semanas, para reclamar viviendas y puestos de trabajo, dando así inicio a lo que devendría en la Primavera Árabe. El 24 de octubre, un todoterreno que intentaba salir del campamento de protesta fue ametrallado por soldados marroquíes, asesinando a Nayem El Gareh, un joven saharaui de veinticuatro años. El 17 de diciembre de 2010, Mohamed Bouazizi se inmoló con veinticinco años en su ciudad natal, Sidi Bouzid, en respuesta a ser despojado ilegalmente de su puesto de fruta por la oficial Faida Hamdi, quien lo abofeteó, escupió y sometió al suelo. Al intentar denunciar esta actuación en comisaría, fue también humillado. Mohamed era informático y vendedor ambulante. Murió dos semanas después, prendiendo el fuego de la Primavera Árabe originada en el campamento de protesta Gdeim Izik, y la población se organizó en clamor de la democracia y los derechos sociales en una serie de manifestaciones que se extendió por Túnez, Argelia, Mauritania, Arabia Saudí, Omán, Yemem, Libia, Líbano, Kuwait, Sudán, Jordania, Siria, Egipto, Irak, Irán, Marruecos, Palestina y la República Árabe Saharaui Democrática. Los gobiernos de Ben Ali, con veinte y tres años de dictadura en Túnez; de Hosni Mubarak, con treinta años en el poder en Egipto; de Muamar el Gadafi, con cuarenta y dos años de dictadura en Libia; y de Ali Abdullah Saleh, con veintiún años de poder en Yemem, fueron derrocados. Aprovechando esta inestabilidad, las potencias occidentales han ejercido numerosas especulaciones y maniobras, dando lugar a la creación del Estado Islámico.
Haciendo referencia a Bashar el Asad, que estudió oftalmología, y coherente con este efecto dominó, el 15 de marzo de 2011 estallaron las protestas en Siria, después que se arrestase y torturase a unos niños por escribir en una pared cercana a su escuela en Deraa “Es tu turno, Doctor”. Las fuerzas de seguridad sirias mataron a manifestantes en las primeras protestas y éstas se extendieron por todo el país. En verano, cientos de miles de sirios exigieron que terminase el régimen brutal de Asad. Se formaron grupos opositores armados y empezaron las deserciones de militares sirios que se unían a los rebeldes, aglutinados en el Ejército Sirio Libre (ESL). El país se sumió en la guerra, los bombardeos de las fuerzas sirias se multiplicaron y, en 2012, los combates llegaron a Damasco, la capital, y a la segunda ciudad del país, Alepo. Pero Asad consiguió ayuda del movimiento chií libanés Hizbulá y de las milicias chiís de Paquistán, Afganistán, Irak y de la Guardia Revolucionaria iraní, todas movilizadas por Irán, principal aliado del régimen de Asad. Arabia Saudí y Catar financiaron el armamento de los islamistas rebeldes haciéndolos crecer para poder enfrentarse al Ejército sirio, que había masacrado ya barrios como Baba Amro. Los yihadistas aumentaron y las fuerzas seculares del ESL perdieron terreno. Aparecieron grupos como el yihadista Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, y el Estado Islámico, que lanzó una fuerte ofensiva en Irak en junio del 2014, y luego en la zona de Siria cercana a la frontera iraquí. El Estado Islámico proclamó un califato en el área que controla en Irak y Siria cuya capital de facto es la ciudad siria de Raqqa. Integrado por miles de extranjeros chiflados muy bien pagados, el Estado Islámico lucha contra todos los bandos: las fuerzas gubernamentales, los rebeldes, el Frente al Nusra y las fuerzas kurdas, también opuestas a Asad y contra las que arremete Turquía. En septiembre de 2014, una coalición internacional liderada por Estados Unidos, con Jordania, Baréin, Catar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) empezó a bombardear al Estado Islámico. Francia inició los ataques en septiembre de 2015 y el Reino Unido en diciembre, a pesar de que calculen mal y acaben bombardeando a inocentes en lugar de al Estado Islámico, como sucedió en represalia por el atentado de Niza del 14 de julio de 2016. Rusia comenzó en septiembre atacando a “los terroristas del Estado Islámico”. Pero, además, ha bombardeado a grupos rebeldes y ha conseguido que el régimen de Asad, que estaba al borde del colapso, haya recuperado terreno en zonas clave como Alepo, al norte. Siria está completamente dividida. El régimen de Asad controla el oeste del país, Damasco, Latakia, Tartús, casi toda la frontera con Líbano, una parte de Alepo, otra en el centro del país y en Deir Ezzor. Los rebeldes han cedido terreno desde que Asad se ha reforzado gracias a Rusia. Controlan la parte norte de Alepo, una zona amplia de la provincia de Idlib, fronteriza con Turquía, un área cercana a Damasco y otra en Homs. Los grupos rebeldes están presentes en la frontera entre Siria e Israel, en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por los israelíes desde 1967. Pero casi toda la línea fronteriza con Israel está en manos del Frente al Nusra. La franja norte, a lo largo de la frontera con Turquía y una parte de la iraquí, está en manos de las fuerzas kurdas, a excepción de unos tramos que controlan los rebeldes y el Estado Islámico. Los yihadistas tienen una parte del este de Siria fronterizo con Irak, y zonas del norte, en Alepo, Al Raqa, As Shaddadah, áreas centrales y pequeñas partes en el sur. Por tanto, mientras occidente, liderado por Estados Unidos apoya a los rebeldes, el eje conformado por Rusia, Irán y China apoya al gobierno de Bashar Al-Asad. El Ejército sirio posee el mayor programa de armas químicas en todo Oriente Próximo, con más de mil toneladas de agentes tóxicos como el gas sarín y el VX. El 21 de agosto de 2013 se produjo la masacre de Guta, un ataque químico que en este suburbio de Damasco controlado por los rebeldes se cobró la vida de más de 1.400 personas y dejó a otas 3.000 heridas, siendo la peor matanza humana del año 2013, el peor ataque químico en los últimos veinticinco años, el más grave del XXI y el segundo más mortal desde la Segunda Guerra Mundial, superado únicamente por el Ataque químico a Halabja, Irak, que se saldó con más de 5.000 muertos. Tras la masacre de Guta, Estados Unidos anunció su intención de atacar Siria como castigo, pero los aliados del país árabe se manifestaron en contra de ello. Partiendo de la Primavera Árabe, del Invierno Árabe, de la Nueva Guerra Fría, de la Guerra Fría del Medio Oriente, de la Guerra contra el Terrorismo y de la Guerra contra el Estado Islámico, Siria sufre el conflicto más cruento de los que estallaron con las revueltas. Tras cinco años de combates y bombardeos, Siria está arruinada. No queda ni rastro de ella.
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