¿Quiénes somos?

Staff

Editor Factory Press
Enrique Campos

A cargo de la redacción
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The Professionals
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Carlos Villarrubia
Enrique Rubio
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Joaquín Campos
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Maikel Nepomuceno
Joaquín Pi Yagüe

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FACTORY, LOS ORÍGENES

Paisajes Eléctricos, Paisajes Eléctricos Magazine, PEmagazine, PEm… Nuestra matriz, nuestra madre, siempre quiso cambiar. Siempre estaba cambiando. Cambiaba de nombre, lo acortaba, quería ser menos pero siempre terminaba por ser más. Recorrió un camino largo, casi ocho años, y no hacía más que cargar la mochila con todo lo que se encontraba, sin soltar lastre. Se convirtió en una hidra de veinte cabezas, o en unmilpies. Inabarcable, indomable. En ese viaje sin rumbo, o con demasiados rumbos, no sólo perdimos el norte, también la motivación. No hay motivación si no hay meta, esto es de primero de Psicología. Por eso debíamos autoinmolarnos y renacer, y cambiar soltando todo el lastre posible. Ser más pequeños, pero más certeros. Olvidarnos del quién, centrarnos en el qué, en los porqués. No servir de plataforma promocional para nada más que nuestras propias ideas, lo que nos ocupa y lo que nos preocupa. Así nace Factory. ¿La meta? Observar el mundo y contarlo a nuestra manera, con o sin la ayuda de otros. Tratar de ser lo que mucha prensa se ha olvidado de ser: una humilde piedra angular del pensamiento crítico y la independencia. La independencia, ese concepto que de tan manoseado ha ido a parar al cubo de la retórica y memes, donde nada significa nada. ¿Conseguirá Factory que signifique algo? Ese es nuestro norte, y en estas líneas comienza la aventura.

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¿NUEVOS O RENOVADOS?

Lo nuevo, y brillante, (pre)supone tal vez necesidad de rodar, de observar y pensar para amalgamar las letras, las ideas, las  hipótesis y las conclusiones que acaben desembocando en párrafos. En algunos casos supondrá algo de brillo, pero poco contenido. En otros ideas relevantes a las que les cuesta fluir, frases conjuntadas a las que aún no les ha llegado la gota de aceite que las haga flexibles. Incluso algún error que siembre la duda de la errata o nos conduzca a la abominación. Pero no pasa nada. Todavía no pasa nada. Es nuevo, es un aprendiz, la actitud es lo que cuenta. ¿O era la aptitud? A estas alturas… ¿Quién sabe?

El renovado, sin embargo, está recubierto de un aura de misterio. Es algo que ya existió, que pavimentó su propio camino sembrando errores y aciertos, que aprendió cosas de y con otros y que, parafraseando a Prince, busca, analiza y se adapta al signo de los tiempos. Y por eso decidió transformarse, porque aún no era el tiempo de morir; queda mucho por hacer. Ese rasgo de emoción le confiere la sorpresa de lo nuevo junto a la capacidad de perspectiva que presta la madurez. Poco a poco irá desvelando sus bazas. El ímpetu y la impaciencia también sobrevuelan por ahí, pero ahora se manejan con más destreza.

Factory no es ningún novato, no es un becario. Factory sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Sobre todo, sabe lo que no quiere.

¿FACTORY? ¿POR QUÉ?

Porque en una factoría siempre se está en movimiento. Los engranajes no pueden parar, igual que en las vidas de todos nosotros, de lo más mecánico a lo mental o lo anímico. Ni siquiera en el reposo los cuerpos están apagados, sólo se ralentiza la producción. ¿Producción? ¿No suena un poco inhumano? Quizá, pero… ¿No es más inhumana esa cierta manera de conducirse por la vida sin emoción, sin los ojos abiertos de par en par, sin una pizca de dadivosidad y empatía? Esto y mucho más es el ser humano. Esto es parte de lo que ansiamos mostrar. Diseccionaremos incluso lo aparentemente inverosímil, porque… ¿y si el germen de lo nuevo pudiera residir ahí, invisible, como casi todo lo esencial, a nuestra mirada?

Por eso hemos rescatado algunas de nuestras mejores piezas: entrevistas, lecturas, historias de cine o reflexiones varias que nos induzcan a creer que aún hay esperanza. Que hay personas de a pie que son héroes con superpoderes transparentes, poco vistosos pero imprescindibles, mentes creativas que nos inspiran por medio de su obra y coherencia (o incluso por su falta de coherencia), ¡y pobres de nosotros cuando ya no estén! En Factory seremos voyeurs y trovadores de sus gestas, transcribiendo algunas de sus enseñanzas y activando nuevas conexiones neuronales que apenas sabíamos que existían. En cualquiera de nuestras vertientes el objetivo será el mismo: leer entre líneas. Esa es nuestra vocación, lo que nos ha llevado a cambiar el paisaje eléctrico y distorsionado por la factoría. La factoría no para, porque el mundo no para. Porque alguien tiene que contarlo.