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El 20N en la probeta: ¡Hagan juego!

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Las próximas elecciones del 20 de Diciembre se presentan como uno de los comicios electorales con el resultado más incierto de las últimas décadas en nuestro país. Durante las próximas semanas PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos competirán por aglutinar el mayor número posible de votos en un escenario tan volátil e inestable que casi ningún analista político puede afirmar categóricamente quien va ser el próximo Presidente del Gobierno. Según la mayoría de los sondeos el Partido Popular seguiría siendo la formación política más votada por los españoles, pero con unos resultados pobres, muy lejos de la mayoría absoluta que consiguieron hace cuatro años. Pero, a partir de aquí, la incertidumbre se abre paso dando pie a múltiples cábalas. ¿Ciudadanos logrará superar en número de escaños al PSOE? ¿Podemos logrará recortar distancias y acercarse a Ciudadanos o incluso superarlo? No hay unanimidad al respecto en cuanto a pronósticos electorales se trata.

En esta situación, la campaña electoral y cómo gestionen sus apariciones públicas los cuatro candidatos van a marcar buena parte del éxito o fracaso de cada formación.

En la actualidad cualquier candidato político con aspiraciones serias articula su estrategia de comunicación durante la pre-campaña y campaña electoral en torno a una serie de temas que estarán supeditados a las demandas e intereses de la opinión pública que se creen que subyacen más próximos a la decisión de voto de los ciudadanos y también con aquello a lo que los principales medios de comunicación den prioridad en sus agendas, especialmente prensa escrita y televisión. Por tanto, los temas en torno a los que girará el discurso político de cada candidato durante la campaña electoral dependerá de lo que los ciudadanos consideren más relevante en ese momento, lo que viene siendo en el ámbito de la Ciencia Política la Agenda Pública, y de aquellos temas que los medios de comunicación den prioridad en sus espacios informativos que denominamos Agenda Mediática.

La prensa, influirá en la agenda de los partidos proponiendo temas sobre los cuales va a girar la competición electoral

La agenda política de cada candidato tratará de introducir los temas sobre los cuales se vertebra su discurso electoral en el escenario mediático. A su vez, la prensa, influirá en la agenda de los partidos proponiendo temas sobre los cuales va a girar la competición electoral y sobre los cuales recaerá la atención de la opinión pública.

Durante la campaña electoral, además de la competición constante por establecer los temas políticos sobre los que va a girar el discurso de los partidos y medios, podemos hablar también del efecto de los issue-ownership, es decir, la transmisión de la idea de que ciertos partidos políticos o candidatos son los más capacitados para lidiar con determinadas cuestiones. Un ejemplo podría ser la idea preestablecida en la sociedad española que Rivera es el candidato que mejor garantiza la unidad de España, Rajoy el político que asegura el cumplimiento de los compromisos de déficit presupuestario, Pedro Sánchez el candidato que mejor conecta con aquellos asuntos relativos a la igualdad de la mujer y los derechos del colectivo LGTB debido a la importante labor de su partido en este aspecto en el pasado durante el gobierno de Zapatero o que Pablo Iglesias es el líder político más creíble a la hora de hablar de defensa del Estado del Bienestar o la lucha contra la corrupción.

Un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de “consumir” información política en los medios es el modo en el que es presentada por el medio o periodista de turno, lo que se conoce como la teoría del framing. El periodista, cuando selecciona los temas sobre los que informar, subrayará unos aspectos sobre otros otorgando, como consecuencia, un “frame”, enfoque o encuadre, determinado a las noticias. Los enfoques pueden presentarse mediante palabras clave, metáforas, imágenes visuales o incluso símbolos. Además, los periodistas habitualmente emplean también asociaciones con la historia, con títulos de películas, con refranes populares o con la identidad nacional de un país a la hora de presentar las noticias. ¿Quién no ha leído nunca un titular de prensa con referencias a películas o algún refrán para dirigirse a un hecho político relevante? Este fenómeno no se limita a estar a favor o en contra de algo sino que también implica la habilidad de definir una situación y por consiguiente incitar al lector a entender la noticia desde un determinado prisma.

La cultura también afecta a la política, no haciendo más profundos a los votantes, sino haciéndolos de más amplias miras.

El grado de influencia de los medios varía con el tipo de temas. Los obstrusive ítems, es decir, aquellos que tienen una representación clara en el día a día de una persona, como puede ser el funcionamiento de la sanidad pública o las políticas de empleo, son menos proclives a estos efectos que aquellos temas lejanos para el ciudadano, que solo de manera indirecta a través de las noticias en prensa forman parte de la vida del ciudadano. Por ejemplo, el actual conflicto político que se está produciendo en Siria, en donde la información que nos llega en la mayoría de los casos es única y exclusivamente a través de los medios de comunicación. Es aquí en donde el grado de influencia de la prensa es mayor sobre la opinión del ciudadano. El interés por la política y el grado de información que pueda tener una persona al respecto del tema sirve como contrapeso a este gran poder de persuasión que ostentan los medios pero no es suficiente. La cultura también afecta a la política, no haciendo más profundos a los votantes, sino haciéndolos de más amplias miras, aumentando el número de temas que los ciudadanos ven como políticamente relevantes, así como el número de conexiones que establecen entre sus propias vidas y los acontecimientos nacionales e internacionales.

¡Hagan juego!

 

Mitad politólogo, mitad melómano. Observador implacable de la política, con especial interés por la comunicación y marketing político. Agitador online al ritmo de bandas como Tame Impala, Pink Floyd o The Smiths. Tengo más caché que Google.

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