Love 2 art(s)
Placeres compartidos: Ana Belén y Víctor
Allí donde habitan lunáticos de guardia, allí donde Cole Porter siempre encuentra bailarina, Madrid respira en su fábrica de sueños. Seguro que Ana anda moviéndolo todo a modo de rayuela en las calles del ritmo. Piel de Embajadores, directa sonrisa, siempre puerta abierta, sin apuntarse a la veleta. Cada vez más lejos del lenguaje-consigna, cada vez más cerca del saber afectivo. Viene a mí su nombre en la voz de tantas voces amigas. Aute, Teddy, Luis Gómez Escolar, Juan Pardo, Ginés, Humet…
Cuando Xavier Elorriaga -en su condición de profesor de Periodismo en la UAB- me encargó el análisis de El amor del capitán Brando, quedé hechizado por el universo Armiñán, luego tan cercano para mi gracias a María Asquerino, Elena y Carmen Santonja. Aquella música de Pepe Nieto se me colaba en alma y dejé atrás las cuadraturas de la semiótica para seguir la pista emocional. Años más tarde, recalé en Narcisos para entablar con Ana y Víctor largas conversaciones sobre lo que fue la década de los setenta en el megaproyecto Llegada del presente. La infusión reparadora de Ana me remendaba de tanto trajín de Puente Aéreo. Senderos-semilla en tardes de esperanzas y mapas con certeras corazonadas. Nadie como Ana para viajar por los más luminosos temas de Víctor, cuando explora lo invisible con sus historias -hallazgo a partir de pequeñas historias cotidianas-. Luis Gómez Escolar-en los tiempos de Conde Duque- con su esqueleto de guitarra eléctrica en bandolera -da vuelo a las estelas de Agapimú-. Gotas de rocío que cruzan el Mediterráneo en la era CBS.
Luis me escribió un epílogo –Gran Hotel– para mi libro/colección de canciones sobre Madrid, que al final provocó infinitas derivadas; sirvió de fondo documental para el film de Martín Patino/García Sánchez y por los oficios de Sabina y Martínez Reverte, desembocó en un programa de sesenta capítulos que dirigí y presenté en Onda Madrid con múltiples compañías: Emma Cohen, Savater, Villena, Pepe Robles, Marta Moriarty… Fin, al ciudad baila en ti. Paso grande/paso chico y salir de lo apesadumbrado. Porque el alma pide fiesta y viajar de cuando en cuando al chucuchú de trenecitos de voluntariosas que no de voluntaristas ilusiones.
Lucio Dalla me hablaba de la voz-geografía de Ana, siempre con un puntito de tímida distancia para no desbordar en lo épicamente sentimental… En la vida todo llega, decía el maestro Bergamín, aunque con aroma de lluvia tardía. Y es verdad, que nuestras almas tienden a la melancolía. Aún canta por Cedaceros Javier Bergia sus paseos de Recoletos a Corazón de María, y Pérez Botija me anuncia las primeras notas de su universal gata a dos pasos de Rosales. Decimos miel a tanta hiel recuperando la humedad emocional en la que nada nos pesa, desparecen medidas y cánones… reviviendo cada día en la sinceridad de una mirada. Battisti, Vargas Llosa, Chico Buarque, Serrat, Alberti, Valle Inclán, Di Gregorio… deambulan en su imaginario.
Ana siempre nos alienta, con su autoexigencia, en tiempos de corta y pega, de usar y tirar, donde todo vale menos la solidez de un edificio pacientemente levantado. Jesús del Pozo, José Carlos Plaza, Gerardo Vera -Glorieta de Bilbao en danza-, Antonio Gala, Gonzalo Suárez, repican el eco cascabelero de la mujer aún con la perplejidad a cuestas… empezando a vivir a cada paso, en cualquier nueva experiencia. Porque-como escribo en Zona sensible– cada día es un estreno más. El espíritu de Ana nos invitará a los vericuetos de lo aparentemente imposible de alcanzar pero que nuestros corazones convierten en realidad con la titánica constancia.
Y nunca los robinsones urbanos encontraron mejor portavoz que el universo lunático y explorador de Víctor Manuel. A los seres de difícil aterrizaje en la realidad convencional como yo, nos viene de perlas encontrar en albores dubitativos a quienes se mueven con soltura en raíles paralelos. Allí, en esas dunas invisibles, es donde brilla el ingenio de Víctor. Cuando me acogió en dilatadas tardes de conversación en sus recoletas alturas, las antologías del 27 se desparramaban pro el estudio. Imágenes compartidas, sí, pero que al entrar en el pensamiento-ritmo se fusionan con la humilde notoriedad del suceso escondido en un periódico ya casi amarillento. El autor sabe trazar un puente entre dos realidades. En lo invisible y lo oculto. en la correspondencia que me crucé con Aute -fijábamos matices que desvelaban algo más allá de lo aprentemente estremecedor-. En realidad, somos al transparentar todo lo que de invisible tenemos. Con el tiempo habité las proximidades de su Parque Berlín, las prolongaciones de calle Colombia en dirección a Avenida del Aster -con la música de Luis Araque en el corazón-, Alfonso XIII, ruidos de la M 30.
Cuando realicé para TVE, el espacio “De trasgus-xanas y cuelebres” sobre los paisajes oníricos de los animales mitológicos asturianos, sus canciones-descubrimiento La sirena–Xana–Trasgu…estuvieron ahí guiando mi ruta de Casomera a Pola de Allande, desde los espacios de ayalgas y nuberes a la magia de los geniecillos bailones. Ignacio del Valle y José Luis Espina siempre me recuerdan -en su mundo narrativo- la potencia del paisaje de las Asturias entre olas y piruetas ente el más allá en Luarca, de cuevas escondidas en Corao-Cangas de Onis, la Asturias de mis tíos en la minería de Pipe-El Entrego con las carretillas en autovías voladoras aromando de negro rocío el verde humedad.
Tiene Víctor tanta capacidad de asombro que no deja de anotarlo todo en su mirada de niño grande. Llegó, sí, el presente, pero el presente intemporal de lo afectivamente generador, marea que no marea, turbulencia que te devuelve a la arena tranquila de lo que permanece más allá de lo fugaz. Suena Layetana abajo del amigo Humet en su voz y Fernando VI-Madrid-Barceló tiene algo de espuma barcelonesa, la de los poetas de lunas atrevidas. Sin temor a la lágrima-llave que todo lo abre. Vienen hombres de porcelana, gatos estudiosos, enamorados mensajeros, besos errantes, acordeonistas sin esquinas, al diario de ruta. Y es cuando el autor olvida antologías y decide escribir con tinta de futuro.
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