Inside Out
La nueva normalidad de la norma que normaliza
No pasa nada. Todo es como antes. La angustia y la depresión modernas están relacionadas con la sociedad del rendimiento. La tendencia subjetivista creada por Juan Calvino y su Reforma Protestante del «sé tú mismo, escucha a tu corazón, la verdad está en tu interior» causa infelicidad. Por ello, nuestro deber es escuchar lo que duele y que se manifiesta sotto voce, prácticamente en silencio.
Aquello de lo que no se habla, se repite en el acto. Los gabinetes psicopedagógicos son en realidad mecanismos disciplinantes y patologizantes. En este mundo no hay mucho lugar para nosotros, pues no tendremos nunca una casa y sobrevivir será difícil. Somos sujetos emprendedores, nuestra empresa es la subjetividad, caracterizada por la competitividad y la adaptación a la incertidumbre. Una resiliencia donde cada cual es responsable de su propio éxito y fracaso, desdibujando así la política y la Historia, borrando las condiciones materiales de vida, las clases sociales, las biografías.
Se trata del coste de encontrar una salida. De encontrarla bajo presión y sin espacios donde poner la vulnerabilidad en el centro para posibilitar los cuidados y propiciar la solución de nuestros problemas. Se trata de unir fuerzas para sacar fuerzas de donde no parecía haberlas y afrontar públicamente una pandemia mental invisibilizada. Pues lo reprimido encuentra siempre vías alternativas para volver. Es un síntoma de época que tiene su origen en la política institucional, desde las escuelas a los hospitales. De hecho, nuestras palabras son un termómetro pero vuestras antenas no nos sintonizan. Y nos arrinconáis a producir y sobrevivir bajo vuestras reglas, o a morir como se pueda.
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