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Atención al pequeño Principado
Octubre de 2015, Oviedo
Esta semana del 19 al 23 la ciudad es un hervidero, igual que todos los años más o menos por estas fechas. Los Premios, antaño Príncipe, hogaño Princesa de Asturias, se entregan mañana en Oviedo. Para no perder la costumbre ciertas polémicas están servidas. ¿Premios sí, Premios no?, ¿dónde está la princesa?, ¿por qué no viene? Mientras nos entretenemos con eso la filosofía parece próxima a abandonar las aulas, la tauromaquia parece querer irrumpir en ellas. ¿Qué estamos haciendo? Horror en ciernes: humanidades condenadas al ostracismo. ¿Por qué no podemos/debemos pensar?
La esencia de los Premios es (o en un principio fue) destacar a aquellas personas, organizaciones, instituciones o grupos cuyas aportaciones sean relevantes para el patrimonio cultural, desarrollo, promoción de valores y/o influencias destacables para el desarrollo y en beneficio de la Humanidad. Por este motivo es importante dirigir la mirada hacia este tipo de eventos, teniendo a estas personalidades o colectivos como ejemplos de modo de vida o inspiración para los propios actos.
Por todo esto haríamos mejor en fijarnos qué tienen que decir, aportar y enseñarnos los galardonados en vez de focalizar pataletas y frivolidad en si viene la pequeña princesa (aquí una potencial respuesta: es pequeña, ya tendrá tiempo) o en si alguien iba a explotar a las brigadas hosteleras que podrían, y nos consta que algunas querrían, ganar experiencia y prestigio avituallando a premiados, acompañantes y personalidades. Por no hablar del componente mitómano: la oportunidad de tener cerca a personajes admirados y admirables (y tal vez descubrir alguna de sus facetas humanas).
Este año vamos a escoger tres de las categorías galardonadas (porque las relacionamos con la reflexión del principio sobre el futuro incierto de las humanidades): Artes, Comunicación y Humanidades y Cooperación Internacional, si bien todos los premiados nos traen a la mente ideas como solidaridad, transparencia, fraternidad, ejemplo o colaboración que muestran todas las disciplinas. Por ello estos días debiéramos centrarnos en estas personas que brillan con luz propia, con sus actos y palabras cargados de contenido y coherencia. A ellos es a quienes hay que mirar, de ellos de quienes hay que aprender y a quienes hay que imitar yendo más allá de la fachada.
Seleccionamos estas categorías por considerarlas exponentes de las humanidades, la cultura y el interés por el aprendizaje, la generosidad y la colaboración en pro de los desfavorecidos que en ocasiones pareciese se tratan de silenciar. Estos galardones ponen de manifiesto que pensamiento, conocimiento y creatividad son algunos de los motores que mueven el mundo, aunque no siempre sean lo visibles que debieran.
Este año 2015 elegimos a Francis Ford Coppola*, Emilio Lledó* y Wikipedia* (Jimmy Wales) por inspirarnos, por instarnos a imaginar, por mostrar lo que hay dentro de sus mentes creativas y podemos y debemos buscar en las nuestras. Por proponernos que no dejemos de pensar, que degustemos, asumamos, mejoremos y entendamos las palabras y las ideas para integrarlas en el repertorio propio. Y por mostrarnos que compartir el conocimiento y la cultura de un modo libre y global puede hacerlo accesible a la mayoría.
*Pista: en los enlaces podemos conocer parte de las actividades y funciones de nuestros seleccionados, ¿es útil? Para esto sirve por ejemplo una de las aplicaciones premiadas.
Breve historia de los Premios
El 24 de Septiembre de 1980 se firmó en el Hotel de La Reconquista de Oviedo el Acta Constitutiva de la Fundación Príncipe de Asturias. La idea de partida es ‘crear una institución para consolidar los vínculos existentes entre el Principado y el Príncipe de Asturias y contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal’.
La ceremonia de entrega de los Premios está considerada como uno de los actos culturales más importantes de la agenda internacional… En 2004 obtuvieron el reconocimiento de la UNESCO por su excepcional aportación al patrimonio cultural de la Humanidad.
En 1981 comienza la entrega de los Premios en las siguientes categorías: Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Cooperación Internacional, Investigación Científica y Letras. Cinco años después se suma a la lista el premio a la Concordia, y en 1987 el de Deportes.
El 23 de octubre de 2014, el patronato de la Fundación Príncipe de Asturias hace un cambio en los estatutos, tras la proclamación de Felipe VI como rey, según el cual los Premios y la Fundación serán, a partir de 2015, Princesa de Asturias.
Desde su inicio han sido galardonadas personas y organizaciones de ámbitos diversos. Su punto en común: mucho que aportar, un pasado del que nutrirse de experiencias, el presente para ensamblarlas y el deseo de no dejar nunca de aprender para el futuro. Y siempre con una disciplina y trabajo encomiables e invisibles por detrás. No rendirse, soñar y persistir son parte del secreto que llevará, tarde o temprano, al reconocimiento.
Curiosamente irónico es el emplazamiento al que quienes nos gobiernan pretenden encaminarnos. En una convocatoria en la que el punto común aparenta ser el APRENDIZAJE: del sentido ético, del juego limpio, de la justicia, de la transparencia, de la capacidad de pensamiento independiente y libre o de la solidaridad y conmiseración, los recortes económicos en materias educativa y sanitaria pretenden sumir a todo aquel que no tenga recursos ilimitados en la indefensión y la oscuridad del saber y, por ende, en la imposibilidad de realizar una elección.
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