Love 2 art(s)
Placeres compartidos: Ángela Muro
Anillos perdidos en el fondo del lago, de la energía afectiva puro manantial, forjar cada día a puro cincel, a contracorriente lucha sin cuartel. Abriendo puertas, firmeza y ternura, dejando orilladas rencillas y así crecer por donde la vida te ofrece paisaje ya sea Logroño-Granada-la Vieja Europa o Madrid, por donde los golpes ayuden a verte sin mentirosos espejos y con toque marron glacé.
Ángela apareció por el planeta-Tabernillas cuando La Latina encendía diciembre, Copita Asturiana y domingo del Rastro, capote-Sabina y fiesta a todo mantel. Qué bien nos miraba San Francisco el Grande y las escaleras de madera crujían al vaivén de pasos ilusionados, de días esperanzados, de notas al aire buscando lugar. Allí habitaba Carlos Bullejos, fotógrafo-inventor-amigo de andalunas y siempre mago hospitalario. La pareja Bullejos-Muro se tejió con diamantes eternos y ese especial cariño solidario que supera toda suerte de veleidades de la fortuna. Ángela venía con toda la húmeda calidez del corazón trotamundos y el alma viajera y lluviosa capaz de escribir y de descubrir lo que al sentimiento le queda por contar.
Aquellos días de La Latina-Apartamentos Tribunal-Malasaña quedarán siempre en mí como las huellas que dejé en el suelo de Tabernillas en uno de mis tránsitos de maleta en maleta, de barrio en barrio, de ciudad en ciudad. La noche de Elígeme era mi puerto entre viaje y viaje como reportero televisivo y allí -de cuando en cuando- entre Manolo Tena y Cómplices, entre Sabina, Krahe o Batanero asomaba la voz impactante de Ángela. Luego fueron las noches en el Café del Foro con Nina y Javier o las rondas camino de La Recoba por Magdalena cuando yo empezaba a tomar rumbo al Mediterráneo y curiosamente Carlos y Ángela recalaban en el barrio de Maravillas con tienda incluida. Cuando presenté mi libro Cuaderno de Habaneras en Galería Estampa, la voz de Ángela puso broche emocionado a las energías compañeras de Lucía Bosé, Rosa Perales, Martirio, Marisol Galdón, Ramiro Fernández Saus. Y en la estela del evento escribimos juntos dos temas, “Bolero de Madrid” y “Artibonito”, que estrenó con la colaboración de Nono García y Martirio en el encuentro sobre mi obra que se realizó en el mítico Pub Oliver. Luego, al inaugurar mis encuentros de creación afectiva en Ecocentro, Ángela se convirtió en colaboradora imprescindible con sus músicas y reflexiones.
Ángela y Carlos decidieron poner rumbo a Granada, lugar de origen de la familia Bullejos y los acentos de la autora se bañaron de flamenco, jazz, sabores de big band y bolero con toques de music hall americano , donde ha desarrollado su faceta de actriz. Noches de tertulia en Casa Granada tras su participación en Los Miserables, con el amigo Pedro Ruy Blas, paseos por los veranos zarzueleros, giras con Estamos en el aire, en compañía de Esperanza Pedreño, luminosa actriz, que, con mi buena amiga Raquel Toledo y Las Contratiempo, vistió escenográficamente mis poemas en el show de palabra y música que se organizó alrededor de mi trabajo en el mítico Vaivén de Travesía San Mateo.
Ángela ilusionada con el lanzamiento de su primer disco por Barcelona en la jornada inolvidable que disfrutamos con Miguel Gallardo. Club de la Pipa, Plaza Real, faldas del Tibidabo. Ángela también ilustrando musicalmente la primera aventura cinematográfica como director del amigo Jorge de Juan con Carradine en el reparto. Desde Granada recibo ecos afectivos y músicas en simpatía de la familia Bullejos y algo de verbenas y arrayanes en la distancia cercana. Ángela sigue cultivando su jardín de sueños más allá de la moda, pasando hoja a hoja la enciclopedia de ritmos. Voz en la estirpe sonora de Elena Burke -humo y espuma-, cadencia enamorada de la vida que aún se cocina a fuego lento con la fuerza de la continuidad. Canción sentida, canción dolida, palabra-albergue para sílabas fugitivas.
Seguro que las gatas siguen velando diamantes por Tabernillas, germen de lunas en rebeldía… y por la gélida Castellana suena el bolero que un día escribimos con el ritmo de los corazones viajeros.
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