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Lara Alcázar: “El topless no puede desligarse del mensaje de Femen”
Al César lo que es del César: si hay que hablar de activismo feminista, nadie en la sociedad actual está formando tanto ruido como las mujeres de FEMEN y eso, el ruido, se antoja capital a la hora de hacerse oír entre una población con los oídos taponados por los auriculares del iPhone. Si los postulados de Inna Shevchenko y compañía terminarán calando en el ideario colectivo, si tienen validez, eso sólo el tiempo puede dirimirlo. Lo más complicado, conseguir la atención del respetable, parece ya misión cumplida para un movimiento que nació en la cabeza de unas chicas ucranianas y que hoy por hoy tiene carácter planetario. Lara Alcázar, principal valedora de FEMEN España, se pone al habla para profundizar en el mensaje detrás de los eslóganes.
¿FEMEN es feminismo? ¿Es política? ¿Es filosofía?
FEMEN es las tres cosas. FEMEN es un movimiento activista que lucha por los derechos de las mujeres y por los derechos humanos, y por tanto también es política. Hacemos política con nuestras acciones. Nos posicionamos y a la vez hacemos que mucha gente se posicione también en cuanto a cuestiones políticas y sociales. Pero también es filosofía, en cuanto a que supone una manera determinada de ver y comprender el mundo, a la vez que desarrollamos una nueva forma de interpretar el feminismo.
¿Están los topless eclipsando el mensaje? Quizá el topless ya es un mensaje…
La pregunta siempre surge y parece inevitable… Nuestro topless es político, siempre va marcado por un eslogan pintado sobre el pecho. El topless no puede desligarse del mensaje, el cuerpo es un arma para nosotras, un instrumento de liberación patriarcal que es el manifiesto de nuestras demandas.
En ese sentido os desmarcáis del uso que se hace de la mujer como reclamo meramente sexual. Sin embargo, si ‘googleamos’ en busca de fotos de vuestro movimiento nos encontramos con mujeres atractivas, esbeltas; mujeres que los hombres quieren mirar, y no precisamente por los eslóganes que llevan escritos en el pecho. ¿Esto es mera casualidad? ¿Veremos fotos de FEMEN con chicas que se alejen de los cánones de belleza?
Puedo afirmar rotundamente que no es cierto, en nuestro movimiento hay mujeres de todas las tallas, pero sí que es verdad que la sociedad juega a que la mujer se sienta culpable de su cuerpo constantemente. El patriarcado inocula una inseguridad que hace que las mujeres, incluso dentro del feminismo, sientan complejo por estar más o menos gordas, más o menos delgadas. FEMEN está en más de diez países en el mundo, es imposible que todas seamos iguales.
Acabas de aparecer en la portada del suplemento de moda y tendencias de un conocido periódico. Hay quien opina que nada cosifica más a la mujer que ese tipo de publicaciones. ¿Lo importante es dejarse ver, hacerse oír, sea cual sea la plataforma?
Es obvio que no somos modelos, y para ser sincera aquello me pilló por sorpresa… Sin embargo, creímos que era la forma de acercarnos a otro tipo de mujeres. Queremos que nuestro mensaje sea capaz de llegar a cuantas más mejor. Desde luego que los tacones no son lo mío…
“La revolución no será televisada”. ¿Han cambiado las cosas desde que Scott-Heron escribiera eso en 1970? ¿Ahora a la revolución no le queda otra que ser televisada (o ‘tuiteada’)?
Creo que las nuevas tecnologías ayudan a extender mensajes, y que son imprescindibles para que una causa se haga oír lo más posible, pero no puede quedarse tan sólo en eso. No vale de nada llenar Twitter de consignas incendiarias y después quedarse en el sofá o hablando sólo de política en los bares. Es necesario que el poder de la información, las redes sociales y la tecnología vayan acompañadas de la lucha en la calle.
¿Se puede disociar el machismo del sistema capitalista? En otras palabras, para cambiar ciertas actitudes, ¿no es necesario desmontar la maquinaria que las propicia?
El sistema capitalista es uno de los mejores aliados del patriarcado. El capitalismo pervierte absolutamente todo, todo es susceptible de ser comprado o vendido, incluso mujeres o seres humanos. Está claro que el sistema económico es brutalmente violento con las mujeres, nos empobrece y permite que la liberación nos sea negada una y otra vez.
Vuestra organización es ahora un ente internacional. ¿Son las necesidades de las mujeres las mismas en Ucrania, Francia o España a efectos de igualdad?
Ahora somos un movimiento internacional, y aunque los contextos de cada país son diferentes, los problemas a los que las mujeres se enfrentan son a menudo, por no decir siempre, motivados por las mismas causas, y creados siempre por el sistema patriarcal. La religión, la industria del sexo y la dictadura son los tres mecanismos de explotación y opresión de la mujer más potentes, de ellos se derivan la maoyía de nuestras luchas en todo el mundo.
En Ucrania, la tierra de vuestra fundadora, afrontan problemas similares a los nuestros, pero también muchos otros que son, digamos, autóctonos. El férreo marcaje de Putin, por ejemplo. ¿Entrar en la Unión Europea desactivaría la influencia de Putin en la zona?
El conflicto que hay en Ucrania no sólo habla de UE sí, UE no, habla de decidir libremente. El pueblo se ha cansado de la corrupción, del estado dictatorial en el que vivían, de que Putin decidiese el destino de su país. Ahora la oposición y los partidos de derechas intentan hacerse con el control, pero eso no cambiaría nada. Todo el movimiento que ha generado la ciudadanía en el Maidan tiene que dar lugar a un nuevo futuro para Ucrania, que nazca desligado de todo aquello contra lo que se levantaron. Ucrania ya no habla de la UE, sino más bien de libertad.
A Julian Assange un periodista le espetó que no debía temer a la CIA, que los que daban miedo de verdad eran los servicios secretos rusos. Putin no se lo ha pensado dos veces antes de asesinar a periodistas o incluso atentar contra opositores, disidentes, altos cargos políticos… Hasta ahora no ha habido bajas entre las FEMEN ucranianas, y parece ser que Pussy Riot vivirán para contarlo. ¿No le quitan demasiado el sueño las protestas feministas a Vladimir?
Las feministas y los gays son la pesadilla de Putin. En general, cualquier persona que decida oponerse a él y a su gobierno. Se retrata con sus acciones y la represión que las Fuerzas del Estado ruso aplican contra activistas y periodistas, y la impunidad con la que se suceden asesinatos y torturas a diario contra homosexuales en el país. En el momento que cualquier grupo se manifiesta abiertamente contra Putin, o le alcanza de cerca como hizo FEMEN, empieza a ser perseguido…
Alguien que creció al otro lado del Telón de Acero dijo una vez: “Todo lo que nos contaban del comunismo era mentira. Todo lo que nos contaban del capitalismo es verdad”. ¿Hay nostalgia comunista en la antigua Unión Soviética? ¿Durante el comunismo la mujer tenía un estatus más ventajoso?
La mujer siempre ha sido, incluso dentro del comunismo, la proletaria. Durante toda la historia, hemos sido desterradas de la política y los espacios de poder. Hoy no es distinto. Todos los gobiernos instaurados hasta ahora han restringido la liberación de las mujeres en mayor o menos medida. Sí que es cierto que en los principios de la URSS hubo intentos de plantear un modelo de mujer libre e independiente, como planteaba August Bebel en su libro “Mujer y socialismo”, pero eso nunca llegó a darse realmente, y en esas estamos…
Además de las protestas y los actos en sí, ¿FEMEN se implica en causas concretas? Sea colaborando en casas de acogida, ofreciendo apoyo psicológico a víctimas de malos tratos…
Somos activistas, y como tales, realizamos acciones de choque, radicales y poderosas, esa es nuestra competencia como activistas de FEMEN: despertar a la población adormecida para que tome partido y empiece a luchar; despojar a los políticos y a los poderosos de las máscaras que llevan y dejar ver su cara real, las medidas horribles con las que oprimen a las mujeres; mostrar la realidad de países que no son tal y como los pintan. Lo que venga después, por parte de cada activista, a nivel individual y personal es su decisión y no tiene que ver con FEMEN.
¿Qué recorrido prevés para la organización toda vez que se diluya el efecto sorpresa? ¿Habrá que buscar nuevas estrategias? ¿Lo peor que podría pasar es que de aquí a poco tiempo la gente mirara a cinco chicas de FEMEN como la vaca que ve pasar el tren?
FEMEN siempre está pensando en cosas nuevas, en estrategias renovadas… De momento conseguimos lo que nos proponemos y somos siempre claras con nuestro mensaje, nuestras acciones son chocantes, dan la vuelta al mundo y destapamos problemas que el poder quiere esconder.
Hay algo paradójico en FEMEN; algo nada habitual dentro de una organización feminista. FEMEN tuvo entre sus fundadores a un hombre, Víctor Svyatski. No sé si Victor continúa con vosotras pero, ¿qué papel juegan los hombres en vuestra organización?
Personalmente, nunca hablé o vi a Victor, asi que para nuestro grupo es una figura inexistente. Él no es un fundador, las fundadoras de FEMEN son mujeres que han arriesgado sus vidas por luchar y que hoy no pueden vivir en su país porque son perseguidas políticamente: Inna, Sasha, Anna y Oksana. La historia de Victor enseñó a FEMEN que los hombres deben mantenerse al margen de la revolución de las mujeres. Nosotras somos las únicas que debemos tener el control sobre las decisiones que se tomen, y sobre las acciones y puntos teóricos. Los hombres que simpatizan con la causa pueden colaborar pero siempre de forma externa y auxiliar.
Tú tienes 22 años, otras cabezas de la hidra, como Alexandra o Inna Shevchenko, tampoco llegan al cuarto de siglo. Todas muy jóvenes. En cada corriente de pensamiento, ¿no es necesaria una figura más experimentada, más sabia? ¿Cuáles son esos referentes en FEMEN?
¿Acaso las jóvenes somos menos aptas por ser más jóvenes? Cuando nuestras abuelas luchaban no tenían 70 años, tenían nuestra edad. La juventud es el período en el que más fresco estás, donde menos tienes que perder, donde decides cómo quieres vivir tu vida y por qué quieres luchar. Las activistas de FEMEN son por lo general jóvenes, pero eso no desacredita las valientes y arriesgadas acciones que realizamos. Aun así, hay activistas que pasan de la veintena y la treintena.
Un lema de FEMEN: “Fuck the sex industry”. Ilustrado con la foto de una de vuestras compañeras, una preciosa chica rubia. ¿Sois conscientes de que mucho de este material termina en foros o sitios webs donde lo que se busca es precisamente culos y tetas? Webs que forman parte de esa misma industria del sexo. ¿Os importa?
¿Es que entonces las rubias preciosas no pueden ser activistas ni feministas? ¿Tenemos también que estereotipar a la feminista ideal?
No hablo del mensaje, sino de la desnudez, de lo ‘material’… Guste o no, aquellos que quieran una foto de una chica rubia desnuda la encuentran en vuestra propia web… No es responsabilidad de FEMEN, pero es irónico…
Soy de las que opina que cada una ha de construirse a sí misma, de forma que se sienta cómoda con la persona que es, y que nadie ha de decirte cómo debes vestirte, peinarte o depilarte. Estamos dando la vuelta a la imagen que el patriarcado ha creado sobre la mujer y haciendo que se rebele contra él, subvertimos nuestros cuerpos en pos de la destrucción de la industria sexual y el porno.
Una de vuestras militantes más populares, que recientemente ha anunciado que abandona la organización, ha sido la tunecina Amina Sbui. Me gustaría reflexionar sobre el peligro que puede correr una activista como ella en países musulmanes. ¿Las asesoráis de alguna manera? No es lo mismo hacerle escrache a Rouco Varela que mostrar tus pechos en público en ciertas comunidades islamistas. Ellas se juegan literalmente la vida…
Para nosotras todas las religiones representan la misma escoria y la misma opresión. Sí es cierto que dependiendo del país las acciones son reprimidas más duramente, como pasó en Túnez con Pauline, Josephine y Marguerite. No queremos mártires, eso está claro, pero a veces hay que arriesgarse para lograr que las cosas cambien, eso es lo que FEMEN hace. Podemos tener abogados, pero sus palabras no condicionan nuestras acciones; su labor es defender que tenemos derecho a expresarnos libremente si ese momento llega.
Amina dice que abandona FEMEN porque no se están cumpliendo ciertos objetivos. ¿A qué objetivos se refiere? ¿Esperaba Amina que esto fuera una batalla de dos días?
Amina abandonó FEMEN como cualquier otra activista puede hacerlo. Nuestro movimiento es eso, un continuo cambio, no permanece estático, hay personas que permanecen y otras que se van. Amina fue un punto muy importante en la historia del movimiento, pero decidió irse porque no estaba segura de que FEMEN fuera la manera más indicada de canalizar su lucha feminista.
Hay docenas de corrientes feministas diferentes, algunas incluso antagónicas entre sí. Feministas que apoyan la prostitución (la prostitución ejercida libremente), feministas que abogan por una prohibición tajante de la misma… En una causa como la feminista, más que en ninguna otra, ¿no es necesaria la unidad? No sólo la unidad ‘moral’, sino una uniformidad de criterios, de objetivos…
Hay muchos “feminismos”, lo interesante del feminismo como teoría política y filosófica es su capacidad para adaptarse y mutar. Sin embargo, hay temas fundamentales en los que no estaría de más que las mujeres estuviesen más unidas, desde luego ayudaría mucho en la lucha, pero también opino que cualquier acción o protesta feminista es totalmente lícita y contribuye a mejorar la posición de las mujeres.
Si la mujer debe ser dueña de su cuerpo a la hora de abortar, ¿debe serlo también a la hora de prostituirse?
Esto lo ha apañado muy bien el capitalismo, lo de la prostitución elegida es una visión totalmente romántica de algo tan violento como la prostitución. La perversión capitalista no tiene límites y permite que las mujeres sean diariamente explotadas en pos de un negocio de hombres, para el disfrute de los hombres. Si no hubiese compradores, no habría oferta de prostitución, pero el patriarcado y el capitalismo funcionan juntos motivando el negocio.
A mucha gente le ha chirriado uno de vuestros lemas: “Aborto es sagrado”. ¿Qué hay detrás de eso? ¿Sólo un ataque contra la Iglesia?
Cuando un eslogan es repetido constantemente quiere decir que es un buen eslogan. En este caso, ha funcionado a la perfección; es un mensaje redondo que deja ver cómo la Iglesia y la moral se está entrometiendo en un asunto que sólo concierne a las mujeres. El aborto es un derecho que nos pertenece legítimamente, que podemos decidir si ejercerlo o no, pero toda mujer ha de tener opción a ser madre si quiere, y a no serlo si no quiere. El ataque es bi-direccional: al gobierno y a la Iglesia, que en este país tienen una relación más que estrecha.
A menudo se habla de lo traumático que es el aborto para cualquier mujer. Hay de base una culpabilización evidente, religiosa o social. ¿Abortar es un trauma porque se nos ha inculcado que no es como deshacerse sin más de un montón de células? Hablamos de un aborto voluntario, de una mujer que no tiene ninguna intención de ser madre…
Lo de que el aborto es traumático es una forma más de victimizar a la mujer. La mujer que aborta lo hace porque así lo ha decidido, nadie mejor que ella va a saber qué quiere hacer con su embarazo o con su cuerpo. Si la mujer no quiere ser madre nada ni nadie puede obligarla.
Se acercan las elecciones europeas. ¿Algún partido político, alguna de sus propuestas, te seduce lo suficiente? ¿O lo dejamos en aquel “a ninguno de los anteriores” que decía Richard Pryor?
Soy una mujer que vota, creo que ha costado demasiadas vidas y conflictos que las mujeres podamos votar, así que lo hago. Pero ya sabes, el voto es secreto.
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