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Jess Franco: “Puede que sea un mal director de cine, pero no soy un gilipollas”

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Jesús Franco, nombre que cambió en mil ocasiones porque no veía gancho en juntar la Biblia con un apellido ultrafascista, es un personaje único en el cinemundial. A sus setenta y muchos, vive un momento dulce. Reivindicado por Quentin Tarantino y agasajado allá por donde va, su cine casposo (palabra de la queabusa con gusto) es homenajeado por la Filmoteca Francesa, aparte de gente tan importante en la industria cinematográfica como Roger Corman. Él mismo se reconoce un mal director, pero si hay un cineasta español conocido y reconocido fuera de nuestras fronteras, ese es, sin ninguna duda, Jess Franco, el Tío Jess para los amigos. Sirva como intro una de sus frases preferidas, tan ambigua como esclarecedora; “El cine es cuestión de amor”.

Cuñado del filósofo Julián MaríasFranco pasó sus primeros años compaginando sus estudios de derecho con los de piano. Recorrió el Madrid oscuro de postguerra ejerciendo de músico mercenario, mientras escribía novelas policiacas. Buscó libertad en su autoexilio a París, donde estudió técnicas de dirección, y se convirtió en un asiduo de la filmoteca parisina.

A su regreso a España, empieza a trabajar en el cine, primero como compositor, y más tarde como guionista. Debuta en la dirección en 1959 para posteriormente conocer a Orson Welles, con el que trabajó en ‘Campanadas a Medianoche’ y en sus inacabados proyectos de ‘La isla del tesoro’ y ‘Don Quijote’. ConWelles compartió el gran honor de ser nombrado persona non-grata por el Vaticano. Vidor y Nicholas Ray también adornaron su vida. En 1960 es actor en la mítica ‘El extraño viaje’, dirigida por su gran amigo Fernando Fernán Gómez, un papel que justifica, por sí solo, un hueco en la historia del cine.

Estos son sólo unos pequeños datos sobre un hombre capaz de colocar ‘Gritos en la noche’, durante varias semanas, en el número uno de los charts americanos por delante de títulos que da miedo mencionar. El productor de la aclamada ‘Biba la banda’. El director, compositor, guionista, escritor, queha cultivado a lo largo de los años una filmografía imposible, que ni el mismo defiende. Cine documental, negro, aventuras, comedia, psicodelia, erotismo, terror, fantástico…e incluso porno insolente. Casi todos los géneros pasados por una peculiar batidora que resume a la perfección la frase de un famoso crítico norteamericano; “no te puede gustar una película de Jess Franco hasta que hayas visto todas”.

Se puede detestar el cine de Jess, hasta se entiende que sea un cine maldito y vilipendiado, pero es un pecado negar el carisma, la pasión por el séptimo arte, la honestidad y el tremendo talento de esta auténtica leyenda viviente que humildemente abrió las puertas de su casa malagueña para conversar con nosotros.

¿En qué año nació?, porque los datos que hay sobre su fecha de nacimiento son un auténtico caos, ¿1930 ó 1935?

Pues ni en el treinta ni en el treinta y cinco, sino en el treinta y seis.

Me llamo John Ford y hago westerns, ¿cómo se presentaría usted?

Me gusta mucho John Ford. Me llamo John Ford y hago westerns es una frase cojonuda. Me llamo Jesús Franco y hago películas.

Esta entrevista estaba pensada antes de que se supiera que le iban a conceder el Goya. Como decía su amigo Fernando Fernán Gómez, los premios, la mayoría de las veces, están salpicados de mierda. Hitchcock no ganó nunca un Oscar, y este año una secundaria de Allen lo ha ganado de forma surrealista, porque mira que hay pelis de Allen con secundarios que están geniales…

La película no la he visto. No la quiero ver hasta que pase un tiempo, porque desde el principio me dio mal fario. Woody Allen, en general, me gusta, me divierte mucho, pero Penélope Cruz no tiene para mi ningún tipo de encanto, no me parece ni guapa.

¿En algún momento de lucidez ha pensado que merece realmente el premio?

Yo no he pensado en eso, yo no pienso en los premios.

Pero a nadie le amarga un dulce.

Hombre, claro. Me regalan una calcomanía, pues mira, es bonita.

¿Había alguna doble intención en su dedicatoria a la Filmoteca Francesa?

Ninguna. No creo que ofendiera a nadie, no había ningún doble mensaje. Sólo soy un tipo normal y corriente que está aquí ahora, sentado contigo. Hago películas y nada más, no pienso en esa mitificación que se ha hecho del director de cine. Me parece una ridiculez. Un director de películas es como… ¿sabes con quién me comparo yo? creyéndome algo peor, con Manuel Vázquez, el dibujante de cómics.

Llegó a rodar doce películas en un mismo año. ¿Lleva la cuenta de todas las pelis que ha rodado?

Pues sí, la tengo. El año pasado, la Sociedad de Autores decidió publicar todo lo que yo había filmado, y entonces sé muy bien cuantas he hecho, voy por 208.

Sólo hay un director hindú que le supera…

No lo sé, no hablo muy bien hindú.

¿Cuántos idiomas habla?

Cinco lenguas. Tras muchos años viviendo lejos de España, sería retrasado mental si no hablara, por ejemplo, francés. Estuve veinticinco años allí.

En la entrega de los Goya mencionó a Juan Antonio Bardem de una forma emocionada, una de las grandes filmografías del cine español. Junto a sus títulos más clásicos, me llama mucho la atención ‘Nunca pasa nada’, una de las grandes películas del cine español…

Por supuesto. Bardem era un director formidable. Su problema era que le torpedearon mucho, le jodieron la vida sin dejarle hacer las cosas como él quería, pero era la primera cabeza pensante e inteligente del cine español. Para mí, lo máximo del cine español se concreta en Berlanga y Bardem, añadiendo a Fernando FernánGómez, no sólo como actor, que es como le conocéis más que nada la gente, sino como director, escritor, como gran personaje. A Buñuel no le considero un cineasta español, el país no lo merece.

Me gustaría saber su opinión de otros directores nacionales que me parecen destacables, como por ejemplo Edgar Neville.

Le conocí personalmente. ‘La torre de los siete jorobados’, ‘Duende y misterio del flamenco’…Grandes películas. Me gusta mucho ‘El último caballo’, una peli que trata la historia del último caballo de alquiler de Madrid. Hay otrapreciosa, ‘El crimen de la calle Bordadores’, de la que ha salido todo el cine español costumbrista,el mundo de los almodóvares y demás. Edgar era un tío muy inteligente, con un sentido del humor extraordinario. Una figura para no olvidar. Al igual que Miguel Mihura, que como dramaturgo, entre comillas, es un talento fuera de serie. Los jóvenes debéis descubrir a estos autores,y perdona que hable en general, pero son lo mejor de una generación entera que no se enteró de nada, porque no la dejaban enterarse. E incluso hoy, por inercia, siguen sin enterarse.

¿Cree que la gente joven se preocupa por investigar el pasado?

Un tema difícil. Yo escribo en Cinemanía. Lo último que he publicado es sobre una película española formidable que no conoce casi nadie, ‘Cuerda de presos’, de Pedro Lazaga. ¡Joder! es una obra maestra del cine.

En esa época tan difícil que vivió en España, la mayoría del cine, era un cine de régimen. Otro nombre que me parece interesante es el de José Antonio Nieves Conde, con ‘Surcos’, una peli en la que creo, se burló muy bien a la censura.

Era un cine que hacía que la gente con verdadero talento renunciara transitoriamente a sus ideas, o que se exiliara. Con Nieves Conde casi llegué a las manos en la asociación sindical de directores de cine español. Era un vendido, un fascista del copón, aunque más inteligente que el promedio general, y hacía un cine de manera menos cutre. En concreto, esa película que mencionas, fíjate que mensajillo. Compáralo con el director de ‘El cochecito’. Fui bastante amigo de Marco Ferreri, y él se cachondeaba de la importancia, de la transcendencia que se daban todos los de la nueva escuela de cine español. Yo vivía muy cerca de su casa, y de vez en cuando subía a su oficina, porque sabía que se aburría como un lobo. Un día estábamos allí, y en el despacho central había una reunión de esos nuevos creadores del cine español. Estaba él preparando una peli,y cuando entré me preguntó qué les pasaba, el porqué eran tan serios. “¿Son tan importantes como para que estén tan serios?” fue su frase. Yo le decía que cada cual era libre de sentirse como quisiera, y de repente se abrió la puerta de un despacho y empezaron a salir Saura, Garci, digamos los no disidentes. Y Marco les dijo; “a medida que vayan saliendo, por favor, dejen ustedes el mensaje en esta silla”… porque de verdad parecían portadores de un mensaje divino, y eran portadores de la nada. Me encantaba Marco. Su colaboración con Rafael Azcona, es esencial en el desarrollo del cine español.

‘Qué grande es el cine’ es un programa del que algunos guardamos grato recuerdo, nos descubrió el cine, y muchas películas capitales… Pero fue irritante el día que proyectaron ‘El Quijote’ de Welles, tratando su aportación con muy poco respeto…

No recuerdo aquella proyección, pero bueno, allí estaba por ejemplo mi sobrino, Miguel Marías, el rey de la pedantería.

Siguiendo con el repaso de directores nacionales, un nombre mítico, Iván Zulueta.

Sí, me gusta ‘Arrebato’… pero ¿Por qué no ha hecho más películas? ¿Qué le ha pasado?

Creo que pensará lo mismo del siguiente nombre, Víctor Erice…

Más de lo mismo. Soy muy amigo suyo, y le aprecio mucho. Siempre le digo: ¡haz otra cabrón! y él me responde: “es que tengo que pensarla más”. Cada cual tiene derecho a pensar una película treinta años o cinco minutos, pero en el caso de Erice creo que se pasa, porque es un tío que tiene capacidad y talento, y un mundo muy personal, aunque ya no debe poseerlo, porque como no lo exhibe…

Otro cineasta que me parece muy reivindicable es Manolo Summers, con dos documentales, ‘Juguetes rotos’ y ‘Urtain , el rey de la selva’ que son trabajos excepcionales. Hoy en día, te pones a buscar información sobre él en Internet y es extraño, porque apenas hay nada.

Yo conocí mucho a Manolo. Hay algunos a los que han borrado del mapa. Manolo Summers tenía el problema, un problema a niveles estúpidos, de que la gente decía que era un facha, y como era un facha ya no era apreciable. Yo no creo que fuera un facha, e incluso si lo fuera, si él es un facha o se la meneaba, o se subía por las paredes, me daba igual, me interesaba la obra. Era un tío muy interesante, me encanta ‘La niña de luto’. Y es cierto, parece que hay cineastas a los que el paso del tiempo borra de la memoria colectiva.

Hablando de un movimiento no muy conocido, en el rodaje de ‘El conde Drácula’ en Barcelona, Pedro Portabella aprovechó sus decorados y el resto para rodar una peli. Es uno de los nombres importantes de la Escuela de Barcelona. ¿Tuvo contacto con este movimiento, aparte de su amistad con Portabella?

Pedro Portabella me parece uno de los mejores directores que ha tenido España. Es un cine poco conocido porque no es comercial en primer grado, pero ni falta que le hace. Le saqué de España un par de veces, en momentos en los que le persiguió la policía. Como yo rodaba pelis en Barna, pero coproducidas en Francia, en ese despiste de la frontera alllegar con diez pasaportes, pude ayudarle en algunas ocasiones. Pedro fue el productor de ‘Viridiana’, y también fue perseguido por eso.

La máxima expresión de ese movimiento me parece “El encargo del cazador”,de Joaquín Jordá…

No la he visto, pero la mujer del protagonista, Jacinto Esteva, fue ayudante mía en siete u ocho películas. A Jacinto le conocí mucho, era menos brillante, el “típico” burgués que abarcaba mucho ámbitos. En cambio, Portabella era sincero, directo y auténtico.

Su sobrino, Ricardo Franco, fue el encargado de dirigir la secuela de uno de los grandes títulos de nuestro cine, ‘El desencanto’, de su amigo Jaime Chávarri, ¿le gusta?, aunque sea un cine, digamos, de calado profundo.

Bien, a mí no me importa que sea un cine de calado profundo, lo que me importa es la pedantería, el engreimiento y el querer dar lecciones. Por ejemplo, las pelis de mi sobrino; creo que hizo un par de pelis que estaban bien, y a él le gustaba el cine de mensaje y todo esto. No creo que el mensaje sea un impedimento esencial, lo que pasa es que no debe ser sólo eso. En principio, la palabra mensaje me la suda. Voy a darle un mensaje a la sociedad…arghhh ¡Tú haz una película como si fueras Buster Keaton y ya se pondrá todo el mundo de rodillas! Y,sí, me gusta ‘El desencanto’.

Quiero que aparezca el nombre de Frank Capra en esta entrevista. El primer director en poner su nombre delante del título. Hay otros muchos nombres que aparecen tras los títulos y que no gozan del reconocimiento popular. Pablo García del Amo, Teo Escamilla, Rafael Azcona…

De Rafael ya te he dicho que me parece una figura capital. Pablo era un gran currante, ¿quieres que añada nombres que lo merezcan?

Claro, luego hablaremos de personajes desastrosos…

Los desastres son muchos más fáciles. Teo Escamilla, un buen operador, pero no nos engañemos, ese mito que hay de que los directores de fotografía españoles son la hostia, no es cierto. Yo he tenido el placer de trabajar, durante unos días, con un par de operadores de la leche puta de verdad.Uno de ellos era el operador de Jean Luc Godard, y eso es entender la fotografía al servicio de una película. No aquello que le hacía Gabriel Figueroa a Luis Buñuel, siempre preocupado por las gilipolleces y por las nubes. Gabriel Figueroa era un operador con Oscars y muchos premios, hacía sobretodo unos exteriores… ¡con unas nubes, unos filtros, unos reflejos oscuros! Vamos, un camelo, y sin embargo, a Buñuel le interesaba porque estaba en México y quería seguir allí, por eso trabajaba con él. Cuando hicieron ‘Los olvidados’ no le dejó sacar ni una nube. Figueroa tenía siempre la cámara preparada con las luces contrastadas, y filtros por todos lados y Buñuel sufría mucho, y se pasaba el día diciéndole, “déjate de tonterías”. El último día de rodaje, en unD.F. muy pobre, dijo Buñuel; “Gabriel, tu plano”. Había colocado la cámara muy bajita con todos los cielos, para que se regocijara con esta visión. Cuento esto, sobretodo, porque los operadores que tienen fama de contrastes y esas cosas, me dan risa. Creo que la fotografía en el cine debe ser algo diferente, y que a mí quien me gusta es, por ejemplo, Vilmos Zsigmond , el operador de Robert Altman en ‘The Long Goodbye’, o la maravilla que hizo en ‘Encuentros en la tercera fase’. Eso es un operador de cine, de decir; ¡hostias qué talento! Por cierto, ¿has visto ‘The Long Goodbye’?

No.

¿Por qué no? ¡Hombre, anótatelo! Que eso es mucho más importante que cualquier cosa que tengas que hacer en los próximos días. ‘The Long Goodbye’ de Robert Altman es una obra maestra del cine. Está basada en una novela de Raymond Chandler. Un reparto raro pero con actores maravillosos, el personaje famoso de Raymond Chandler, el clásico detective chulo putas, Marlowe, lo hace Elliott Gould, y aunque no le va para nada ese papel, lo recrea estupendamente. Esta peli me sacó a mí del marasmo, y tengo que hablar de ella. Estaba muy hundido porque había pasado un tiempo en que veía tendencias casposas en el cine, unas pelis aburridas y tristes, sin brillo ni gracejo, y de repente, en Lisboa, me encontré con ésta, sin doblar. La vi dos veces seguidas. ¡Tienes que ver ‘The Long Goodbye’! Es una preciosidad. Fue la primera película que hizo John Williams como músico. En la pelis de Altman siempre hay buenos puntos de apoyo externos, y en ésta hay una anécdota de esas secretas. Hay unasecuencia en la que Elliott Gould entra en un bar, pide un whisky y se encuentra con un músico sentado al piano, hablando sobre el Jazz, diciendo que el Jazz está en decadencia, y haciendo apología de seguir tocando mientras el cuerpo aguante. La escena me encanta y además ese pianista era John Williams, en su primera película, un prodigio. Él representa el concepto moderno de la música en el cine, contaday estructurada de otra manera. John Williams, a pesar del éxito que ha tenido, sigue siendo un compositor tremendo. No diría el mejor de todos los tiempos, pero uno de los mejores, junto con Miklós Rózsa, que fue un húngaro escapado a Hollywood, como Lugosi. Este húngaro hizo ‘Spellbound’ y ‘Forajidos’ de Robert Sheridan, una música extraordinaria. Es mi compositor favorito.

Aprovecho para felicitarle por su música, me parece realmente buena…

¿Cuál?

La suya, la que compone, la forma en que la usa en sus películas.

A mí no me gusta, me pasa igual que con mis películas; hay algunas que odio menos que otras, pero no me gustan.

¿Las suele ver con el paso del tiempo?

Algunas sí, sobre todo por curiosidad, para ver cómo estarán ahora. El otro día vi una que había hecho en Alemania, que se llama ‘Mujeres sin perdón’, una historia de algo parecido a un sanatorio con mujeres traumatizadas. No la veía desde hace mil años, me parecía una mierda. Cuando ruedas no ves. Yo necesito un tiempo para volver a verlas, y el otro día, cuando la vi, la verdad es que no me pareció tan mala. Dentro de la neblina general de mis películas, hay algunos claros.

Y volviendo al personaje más desastroso y repelente.

Hay que matizar. Desastroso que hace cine y lo hace muy mal, en ese sentido, José María Elorrieta. Se lleva la palma, pero el pobrecito era así porque no tenía un puto duro. Le gustaba mucho el cine, pero hacía unas mierdas tremendas, porque tenía que trabajar sin dinero, en tres días, improvisando. Y en el otro dominio, en el mundo del cantamañanas, creo que César Fernández Ardavín.

Un nombre que gozó y goza de mucho respeto es el de Pilar Miró y creo que hizo mucho daño al cine de este país.

Sí, fue todo lo contrario a un personaje respetable. Una hija de puta. En España, el día que ella fue designada como directora general de cine se rodaban ciento setenta pelis por año. Dos años más tarde de empezar su labor, sólo diecisiete. Para que te voy a contar más, eso sí, con el mismo dinero que se gastaba la filmografía nacional, se lo gastó ella con sus amigos haciendo veinte pelis.

¿Le ofrecieron alguna vez subirse al carro del destape?

Hay dos cosas a las que siempre me negué, una es esa, la llamada comedia del destape, con Ozores y demás; otra son los westerns, porque amo demasiado a Howard Hawks, y a Ford, como para ponerme en Almería con dos paletos que se han enchufado el sombrero de cowboys sobre la boina, y que van andando como torerillos. Sé que soy un hombre controvertido, pero hay una cosa que nadie me puede negar, todas mis películas son sinceras. He hecho, más o menos, lo que he podido, más que lo que me ha dado la gana, pero,sobre todo, lo que no he hecho es mentir…

Aun así le metieron a Romina Power con calzador…

¡Sí! Pero en el último minuto, en una de las películas con más presupuesto que he hecho, ‘Justine de Sade’, y con una mala hostia tremenda. Yo era el productor ejecutivo y el personajede Justine de Sade, ya estaba dado a Rosmary Dexter. Teníamos hasta el vestuario, y ocho días antes, el cabrón de Samuel Arkoff me llamó por teléfono para decirme que tenía una noticia muy buena que darme; “hacemos la peli mucho mejor de lo que tú te pensabas”. Le digo; “no me jodas, que ya está todo listo”, y me dice: “¿Sabes, Jessy? Es la hora de los hijos de los grandes actores.”, “¿Sí?, ¿y por qué? Porque los hijos de los grandes actores pueden ser unos grandes gilipollas”. Y va y me suelta el nombre de Romina Power, la hija de Tyrone. A mí me encantaba Tyrone, hay pelis que me parecen cojonudas, pero a Romina ya la conocía de Roma, y era una niña ña-ña-ña imbécil, que parecía siempre estar mascando chicle, y con los pies torcidos. ¡Cómo cojones me iba a dar a mí la profundidad mental que necesitaba el personaje de Justin! Le dije que con Romina Power yo no podría hacer nada más que una especie de Blancanieves idiota perdida en mitad del bosque… ”Pues haz eso”, y me colgó. Entiendes, hice la peli, y ahora hay mucha gente que dice que Romina está muy bien, pero… bueno, una película con mucho dinero y en donde no tuve control total.

Samuel L. Arkoff, otro nombre importante dentro del cine. ¿Cómo entró en contacto con él?

Le conocí en el festival de Berlín, en la presentación de ‘Necronomicon’. Samuel produjo una cantidad bárbara de películas con la American International Pictures, que era su productora. Fue una figura importantísima del cine americano. De Niro debutó con él, y además creo los “drive-in”, esos cines con coches al aire libre.

Hablemos un poco de los documentales que hay dedicados a su figura, creo que son unos cuantos, cinco en concreto, ‘Jesús Franco, maneras de vivir’ , ‘The Life and Times of Jess Franco’, el inaccesible ‘Antena criminal’…

Sí, ese se hizo cuando rodábamos una peli que no recuerdo. El nombre viene de la casa de al lado de donde rodábamos. La verdad es que nunca lo he visto.

‘Llámale Jess’.

Muy bien hecho. Me parece muy bueno, muy sencillo, sin nada de pedantería, gracioso.

En ese documental proclama a “Anacleto, agente secreto” como personaje clave de la literatura castellana del siglo XX, y de igual forma en su biografía recomienda el “Shanti Andía” de Baroja. Y en cuanto a cine, es capaz de reivindicar a Ford, Godard, pasar al lado de Stanley Donen y, de repente, irse a Richard Donner…

Un director infravalorado, cojonudo. Hay muchos directores infravalorados. El problema de la pedantería, que es además una pedantería ficticia. Te voy a decir una cosa, todos los años, en el Festival de Cannes o en Venecia, se reúnen los sesudos, los hermanos Taviani y esa gente. Deciden las doce mejores pelis de la historia del cine, por votación, y entonces sacan una lista, ellos, que desprecian mucho el cine de género, o el comercial, y resulta que la mitad de las pelis que incluyen son de género. No hay ningún año en que no esté ‘La diligencia’ o ‘My Darling Clementine’, ‘El doctor Mabuse’, ‘M’ de Lang, o ‘Nosferatu’. Quiere decir que, fríamente, deciden que el cine debe de ser una cosa muy importante y ha de tener unos mensajes sublimes maravillosos, pero esas luego no son las pelis que les gustan. Hay que acabar con esa imbecilidad. La historia del cine está por reescribir, porque la han escrito unos pedantes literarios, pero no de verdadera formación literaria, profunda, en cuyo caso podría estar de acuerdo, sino unos verdaderos gilipollas. Qué pasa, pues que en la lista de las mejores películas, la importancia de un género sobre otro es una estupidez. ¿Por qué no reivindicar a Richard Donner?

Por supuesto. El cine se puede disfrutar igual con ‘Los Goonies’ que con las pelis de Fellini.

Yo considero mucho más importante a ‘Los Goonies’ que las pelis de Fellini.

Dígame algunos de esos directores infravalorados.

No creo que haya uno, sino varios. Españoles, Pedro Lazaga. Te sonará de sus pelis malas con Mariano Ozores, pero era un grandioso director, y en el plano internacional hay muchísimos. Por ejemplo, ahora mismo Jerry Bruckheimer tiene contratados a cincoo seis directores que hacen episodios de esos para televisión, estilo desaparecido en combate y esas historias de gente muertas y dossiers. Algunos son directores tremendos que lo de rodar y contar lo hacen como dios, con profundidad, sentido y buen gusto. Antes, cuando veías una serie yanqui, podías encontrar unas mejor hechas y otras más divertidas, pero nunca sentías un poso de sinceridad y de maestría, y ahora, en cambio, sí.

Supongo que el cine italiano de Fellini, Visconti, Antonioni, aunque sea un pecado generalizar, no le interesa nada.

Paso. Me parece un cine infantil, muy fácil de hacer. Lo que decía Marco, “dejad el mensaje en la silla cuando salgáis de la reunión”. Creo que piensan que todos los que no les entienden somos tontos. A mí, de todo el cine moderno, después de Ford, el que más me interesa es Godard. Fíjate cómo se ha cachondeado de todo el mundo. Me apasiona su libro gordo, bueno, no es un libro, es la verdadera historia del cine escrita por Godard, con textos, DVD´s… Es capital para cualquier aficionado al cine tener esto. Ahora te lo enseño. Godard es el talento vivo más grande del cine. ¿No conoces a fondo la obra de Godard?

Aún no he tenido tiempo, no he visto ni el 10% del cine que quisiera ver.

El problema es que a mi edad seguirás pensando lo mismo. ¿Sabes qué otra cosa es absolutamente mágica en este mundo de publicaciones? Lo que está haciendo la Filmoteca de Munich, con ediciones rescatadas de, por ejemplo ‘M’ de Lang, con una duración de una hora y media. La película, que fue prohibida y destrozada por la censura nazi, dura la mitad de la de verdad, y la acaban de editar. Es una auténtica joya, muy diferente a la versión conocida, porque los censores nazis estaban muy enterados de lo que hacían. La desposeyeron del sentido político y social que tenía. Dejaron una historia de crímenes, y es lo anecdótico de la peli. Tiene unas tripas extraordinarias y con un duelo de actores para no olvidar. Está Peter Lorre, pero hay un actor que hace un papel pequeño en la versión que existe, Gustav Gründgens. Es uno de los mejores actores que han existido nunca, discípulo directo de Marx Reinhardt, era un genio total. La peli entera, son Peter Lorre y él. Cosas de estas son las que a mí me ponen como loco, y no las pontificaciones de los críticos. (Lo comenta mientras enseña entusiasmadamente algunos de sus DVDs)

Su papel en ‘El extraño viaje’ recuerda mucho a Peter Lorre.

Sí, gracias por la comparación. ¿Sabes una cosa? en Nueva York, un productor independiente americano, quería hacer conmigo remakes de las principales pelis de Peter Lorre, contando con su consentimiento. De hecho estaba muy de acuerdo. Perono me gustaba la idea, una a lo mejor, pero hacer remakes de Lorre no me seducía lo más mínimo, estuvieron muy pesados…

¿Cómo fue su primer contacto con el cine americano?

Estaba con Juan Estelrich y con Pedro Vidal, que habían sido ayudantes míos, muy buena gente. Habíamos estado de cena en Madrid, en un restaurante de postín. Llegué a casa y me llamarón por teléfono; “Le llamamos de Hollywood. ¿A usted le interesaría hacer en Brasil, una película …y con Christopher Lee…”. En la cena, habíamos hablado de Brasil, para mí, en ese momento, ese país era como un sueño. Colgué, se lo comenté a mi primera mujer, ya fallecida, diciéndole que habían sido los gilipollas esos que estaban haciendo el tonto por ahí, emborrachándose. Pero al cabo de unos días, me llamaron de nuevo, a las ocho y media de la mañana, y me dijeron que me esperaba en el Ritz un señor que quería hablarme. Fuiy ya tenían el contrato preparado, con una cantidad que nunca había visto. Firmé encantado. Fue el primer Fu-manchú que hice, con ese gran actor que es Christopher Lee.

¿Congeniaban bien la flema británica de Christopher Lee con el sentir de Jess Franco?

Es una historia muy compleja, uno de esos amores raros y especiales. Christopher siempre me pareció un actor muy seguro, con un físico increíble y una voz maravillosa. Su gran frustración fue no ser cantante de ópera, pero era realmente frío. Siguió pareciéndomelo durante los Fu-manchús aquellos, hasta que hicimos ‘Drácula’. Pensaba que Christopher era un actor muy profesional, trabajador, muy serio y correcto, pero que no me llenaba al corazón, no pasaba mis bambalinas mentales, hasta el monólogo de ‘Drácula’, con ese despendole que tiene el personaje… lo hizo maravilloso, a pesar de que los productores querían eliminar esa secuencia, porque decían que era pesada y aburrida. Les dije que me parece que si Stoker puede ser considerado un gran escritor, es por esa escena., En la peli dura mucho menos de lo que debería durar. Fue ahí, en ese momento, cuando nos hicimos amigos.

En esa película contó con una actriz bellísima, Soledad Miranda, supongo que su segunda musa detrás de su mujer Lina Romay.

Soledad era una chica muy joven cuando la conocí, recién llegada de Sevilla, y hasta un hombre como Lee se quedó impresionado cuando la vio por primera vez. Era una actriz maravillosa, lástima que muriera tan joven. Y sobre Lina, creo que he sido más un obstáculo que una ayuda para ella, podría haber sido mucho más grande alejada de mí.

Otro actor mítico, que se permitía el lujo de rechazar trabajos con Fellini o Spielberg, pero que nunca le dijo no, es Klaus Kinski. Uno de los pocos directores que habla bien de él es Jesús Franco…

Tengo que hablar bien de Klaus. Me parece uno de los mejores actores que ha habido sobre la faz de la Tierra. Como ser, estaba loco, pero era mágico. Fuimos muy amigos.

Su biografía es un gran libro…

La debo de tener por ahí dedicada y llena de notas, un libro fundamental. Yo nunca tuve problemas con él. Tuvo problemas con casi todos los directores, pero no conmigo. Los documentales que hay sobre su relación con Herzog son tremendos…

Por cierto, ¿qué le parece el cine de Herzog?

Me parece una fantasmada, nada más.

Aprovecho que conoce muy bien el cine alemán para pedirle alguna recomendación de esas desconocidas…

Como películas clásicas, me parece que Herzog sólo tiene una peli, la del hombre abandonado en la plaza del pueblo sin saber quién es… ¿Sabes cuál es?

No, aunque, así a bote pronto, me recuerda a ‘El hombre sin pasado’ delfinlandés Aki Kaurismaki.

No conozco su cine. Esa peli, de Herzog, es casi cojonuda, estropeada por sus fantasmadas, aun así interesante. Te recomiendo a Alexander Kluge, ‘Artistas bajo la carpa de un circo atónitos’, que es preciosa.

Y la adaptación de ‘El tambor de hojalata’, ¿entra en sus esquemas?

Me gusta mucho.

Otro nombre importante del cine con el que ha tenido relación es Roman Polanski.

Polanski me buscó porque le encantó Britt Nichols, una actriz que había trabajado conmigo, en cuatro pelis. Me pidió que intercediera. Lo hice, aunque luego un marido futbolista, muy celoso, no la dejó actuar más. Me he encontrado después con él varias veces en París, y me parece un hombre inteligentísimo, con unas historias a sus espaldas tremendas.

El Dakota, Sharon Tate, sus problemas con la justicia… Hay un documental llamado ‘Wanted and Desired’, muy bueno, de lo mejor de este año pasado.

Tengo que verlo. Quedamos muy amigos. Tengo una relación especial con él, todo lo que puedo decir de Roman es bueno. A veces ha hecho películas que no me gustan, pero me parece un gran director.

Más cine internacional. Creo que es un especialista en cine japonés. ¿Qué nombres recomendaría aparte de los que conoce todo el mundo, Mizoguchi, Ozu, Kurowasa?

No controlo nada, pero me gusta mucho. Hay varios directores jóvenes que me gustan.

¿Kitano?

Sí. Tuve el chance de conocer a Takeshi en un festival, donde le entregué un premio, y es un tío muy majo.

¿Cómo vivió el homenaje que de manos de Roger Corman, rey indiscutible de la serie B, le tributaron en Nueva York hace unos años?

No fue en New York. Todo el mundo dice que fue allí, imagino que para darle más glamour. Fue en un festival de cine de terror y fantástico, muy cerca, al lado de New Jersey.

Debe de ser un honor que fuera Corman el encargado de entregarle el premio.

Tiene el respeto de todo el mundo. Yo salí de España, de una manera indirecta, gracias a él. Un día, en el barrio latino de París, en verano, nos sentamos en una terraza a ver quién había hecho más películas, y al cabo de un cuarto de hora me mandó a la mierda porque no tenía nada que hacer conmigo.

Fabuloso su libro de ‘Cómo hacer 100 películas en Hollywood y no perder dinero’. En relación al título de este libro, ¿ha ganado mucho dinero en el cine?

Nada. Ni un duro, y no me importa. No he ido nunca en busca del dinero. Sí que lo necesito, como cualquiera, para comer y cubrir mis necesidades básicas, pero no le he dado nunca importancia alguna.

Corman va unido a muchas cosas, una de ellas la Hammer, y aun sabiendo que la Universal es su gran amor, ¿trabajó alguna vez con esta productora?

No, y además me tocan los cojones los de la Hammer.

¿Y con Troma?

Me quisieron contratar. Son unos locos peligrosos y tal… pero demasiado pedestres. En cambio, los de la Hammer son unos comerciantes fríos que no me interesan. ¡Anda que no he hablado yo con Christopher Lee de eso! Él dice que la Hammer es un engaño, y que han hecho falsas grandes películas. Por ejemplo, las de Terence Fisher, películas interesantes, hechas en ocho días, pagando mil dólares a los protagonistas. He rodado con un actor, de los habituales de Corman, y le pagaban tres mil dólares por película, durara lo que durara. Hay mucha fantasía en el mito de la Hammer. Además, todos los presupuestos son falsos, sobre todo los de las grandes películas. Spielberg nunca ha gastado más de doce millones de dólares. Es un genio de la organización de producción, que se apaña con mucho menos dinero del que luego dicen. Para mí, el mundo de Corman va unido a otra cosa, funciona como dios. Él decía que hay que gastar el dinero en las cosas que se ven, en las que están, no en eso de “tanto dinero para la prensa”, ¡a la prensa que le dé el dinero su puta madre! En ese sentido, siempre me he sentido arropado cuando he trabajado en Estados Unidos. Una de las grandes ventajas del cine americano es la rapidez mental. Hice ‘99 Women’, tuvo un éxito fulgurante y a los tres días ya tenía a mi productor ejecutivo, Steve Previn, hermano del compositor Andre Previn, amiguete mío, preparando el próximo proyecto y organizándolo todo a la perfección. La pelota les funcionaba muy bien, y tienen una base que en Europa no hay; la pasta para hacerlo. Es mucho más fácil hacer una obra de diseño de producción cuando tienes los elementos, las gentes, un equipo que trabaja habitualmente contigo y que saben lo que hacen. Por eso he podido hacer tantas pelis, siempre hasta que el cuerpo aguante. Es lo que más me ha gustado en la vida. Lo tuve fácil, estaba rodando y al quinto día de rodaje aparecía Previn en la sala de montaje y ya me animaba a realizar lo próximo. Apenas me metían la cuchara. Lo único eran unos hombres que venían a joderte la vida una vez que habías acabado el montaje, pero para la comercialización de aquello. En cambio, antes, te daban libertad casi absoluta y te trataban como una especie de dios, nadie intervenía ni te jodía, ni te podía despedir. Eso es maravilloso.

La peli de Burton es maravillosa, pero ¿qué siente cuando le comparan con Ed Wood?

Lo he dicho ya muchas veces. Puede que sea un mal director de cine, pero no soy un gilipollas…

Hablemos de una figura muy importante en el cine actual. ¿Cómo se enteró de que Tarantino iba a usar un tema suyo en ‘Jackie Brown’?

Lógicamente me pidieron permiso, tuvieron que comprarme la canción. Me ha comprado dos temas más, uno de ellos lo usó en ‘Kill Bill’ ”.

¿Ha tenido contacto con él?

Sí, aunque no le conozco personalmente.

Los trailers falsos que acompañaban a “Death Proof” y “Planet Terror” en la versión americana son también homenaje a su cine, en palabras del propio Quentin.

La forma de estrenar las pelis en Europa destrozó gran parte de su encanto.

¿Cree que le va a durar la inspiración mucho tiempo o va a agotar su talento pronto?

Yo creo le va a durar, es un hombre que no se tiene creído nada. Cuando la gente se cree portadora de un mensaje sublime, acaba cagándola siempre, porque nadie es portador de nada. Yo soy “Johnfordiano” al cien por cien. Recuerdo haber grabado de la tv francesa una entrevista maravillosa con Ford, la debo tener por ahí…

¿La de Bogdanovich?

No, no es esa, es una entrevista de periodistas franceses, de Cahiers du Cinema y Cinema 57. El caso es que Ford ya estaba enfermo, en su casa, metido en la cama, en pijama y haciendo pelotillas con los calcetines, pero modernísimo de cabeza. Mantuvieron una conversación más o menos así:

-Usted ha hecho un número ingente de obras maestras…
– ¿Por qué?
– Hombre, por ejemplo ‘My Darling Clementine’.

Y Ford les replicaba que para él era una película que simplemente no estaba mal, que no creía que fuera una obra maestra.

-Y entonces ¿usted qué considera que sea una obra maestra?
-Yo considero una obra maestra el ‘Ulises’ de Joyce, por ejemplo. Si yo hubiera escrito eso, creo que sí que hubiera hecho una obra maestra, pero soy un tío que no soy más importante que James Herbert, el dibujante de comics. Soy su equivalente, hay algunas pelis que me salen mejor o peor, pero no me creo el nuevo redentor del cine. Sin embargo creo que John Ford es el director que más obras maestras ha hecho en el cine, y no se daba importancia. En ese documental dijo una frase que guardo en la memoria; “una obra maestra nunca puede nacer con vocación de obra maestra, es un resultado, luego después se descubre, pero el señor que pretende hacer una obra maestra lo que acaba haciendo es una mierda”. Firmo esto al cien por cien.

Me encanta Ford aunque me quedan unas cuantas todavía por ver.

Es muy difícil. Hizo casi doscientas películas. En la primera época hacía pelis del oeste a una velocidad de rayo. ¿Sabes cuánto tardó en hacer ‘La diligencia’? Dieciocho días.

Donald Meek…

¡Donald Meek y todos! Claire Trevor, Thomas Mitchell, Andy Devine, George Bancroft, Carradine padre… todos son personajes formidables.

Ford nos daría para mil horas de charla. Ha mencionado Cinema 57, una revista de culto…

Era una revista muy importante, pero la cambiaban de nombre todos los años, con el nombre del año, y eso hizo que tuviera mucha menos difusión de la que merecía. Escribía gente increíble, como André S. Labarthe , uno de los hombres más serios que ha escrito sobre cine.

Volviendo a la figura de Tarantino, también en ‘Jackie Brown’ la intervención de Robert Foster fue un homenaje a todas las pelis en las que este actor participó…

Sí, es un actor muy bueno, un tío encantador, sencillo, muy formal.

¿Ha notado más guiños en el cine de Tarantino?

No los he buscado, pero sí he notado en este grupo de directores como Toby Hooper, que me han hecho guiños muy buenos… y el otro, cómo se llama, el de ‘Los Gremlis’…

Joe Dante.

Eso, Dante. Cuando se me hizo el homenaje éste de la academia, pidió escribir algo sobre mí. Le quedó un artículo precioso, al menos a mí me lo pareció.

Jess Franco es una especie de Stanley Kubrick español, con menos presupuesto, ¿qué le parece esta afirmación?

¡No! Fatal. ¡No me gusta nada!

¿Es de los que no entiende el monolito?

A mí no me gusta nada ‘2001’. No es que no la entienda, es que me toca los cojones. No es ignorancia, es simplemente que no me interesa, ninguna de sus pelis. Fíjate en la última que hizo…

Cambiando de tercio, pensará que es una afirmación un tanto estúpida pero hay algo en la estética de ‘El guateque’ que, sin poder explicarlo, me recuerda a algunas de sus películas…

Pues es una afirmación que me encanta, porque la peli de Blake Edwards me gusta muchísimo. Yo veo esa conexión con Robert Altman, por hablar de directores de ese tiempo, y que, como ya te he dicho, es uno de mis favoritos.

Siempre es una tentación poco original preguntarle a un hombre de mundo sus lugares favoritos.

Nueva York me gusta, pero para pasar una semana y marcharme, el Village es lo que más me gusta. Las ciudades que me enamoraron fueron París y Londres. Yo era de gran ciudad, pero cuando rodé en Suiza, entendí que ese tamaño de ciudad civilizada, limpia, con 200.000 habitantes, es la perfección. Claro, con su estanding es fácil… pero es lo que me gusta. Y el sitio que realmente me encanta es Brasil. Soy de ascendencia sudaca, mi madre cubana, y mi padre de Veracruz, entonces cuando has respirado esa atmósfera la echas de menos si no la tienes. Eso me identificó con Brasil desde el primer día que puse el pie en Río de Janeiro, sentí como si fuera mi casa, aunque la situación política estaba mal y tuve que largarme. Me encanta Brasil, aun siendo un país muy peligroso.

Ya que ha mencionado Veracruz, me gustaría saber su opinión sobre Sara Montiel.

Mira, Sara Montiel me parece una tía que… pobrecita, ahora es una momia viviente, parece salida de una película de George A. Romero… pero era guapísima, excelente actriz, extremadamente guapa… ¡coño! cuando hizo ‘Yuma’ era una preciosidad, con una garra del copón, y una fuerza personal muy grande, me gustaba muchísimo. Como siempre en este puto país, dejó la mano de Anthony Mann, y pasó a Juan de Orduña y a Luis César Amadori, ahí jodió su carrera. Pero la respeto mucho.

Y de su paisano Almodóvar ¿Qué me cuenta?

(Silencio, mirada desafiante, y suelta un bufido)

¿Lo dejamos en un silencio?

No, no, si quieres no. Me interesó cuando arrancó, por su descaro, su desvergüenza, por ser una especie de francotirador del desmadre que no sabía nada de técnica, y todo le salía muy tosco, muy mal, pero con una especie de aire fresco en su cine. A medida que se ha ido convirtiendo en prócer, ya no me ha interesado.

Yo creo que hubo mucha copia de la escena underground gay americana, lo cual no deja de tener su mérito.

Sí, bueno, lo cierto es que se ha endiosado mucho. Me parece que lo ha hecho muy bien. Él es Pedro Almodóvar, pero su hermano es el que rige los destinos comerciales de Pedro, un tío muy listo, gran hombre de negocios, y lo que hacen es negocio, y lo hacen bien.

Y siguiendo por La Mancha, ¿Qué tiene ‘El Quijote’ que dos de los más grandes proyectos, el de Orson Welles y el de Terry Gilliam, acabaron en desastre?

No me parece que Welles fracasara estrepitosamente. Creo haber seguido muy de cerca la evolución de lo de Orson y pienso que no quería acabar la película, quería vivir dentro de ‘El Quijote’. Era un personaje kafkiano, al que le gustaba tener el personaje del Quijote como una especie de apoyo moral para poder seguir vivo como cineasta, y hacía y rehacía esa peli. Yo he tenido en mis manos, bueno, no en mis manos porque no me cabían… pero he tenido 110.000 metros rodados de ‘El Quijote’. Una peli normal tiene 3000 metros. Pero es que no quería, y no la acababa por buena. ‘Campanadas a medianoche’, que me parece una obra maestra del cine, salió por obligación de los productores, que casi estaban acosándole con matones para que entregara la peli. La tenía acabada, y a última hora siempre cambiaba el montaje. Era una ruina para la productora, que había apoyado esa peli por amor a Orson, y el pedazo de cabrón, aunque fuera por amor, ni puto caso… Se aproximaba el festival de Cannes y no quería presentarla. Le dieron el premio sin haber estado presentada oficialmente, en un caso raro. Orson era un hombre maravilloso, inteligentísimo, cojonudo y todo lo que tú quieras, pero era un hombre con miedo, porque le habían dado muchas hostias.

Le preguntaría mil cosas más sobre Orson Welles, sólo por puro vicio, porque ya ha hablado largo y tendido de sus relaciones con él. Por cierto, me encanta la editorial con la que ha publicado sus libros ‘Memorias del Tío Jess’ y ‘Conversaciones con Mister Cagada’. No sé si ha leído ‘Beberse la vida’, de la misma editorial.

Sí.

¿Estuvo metido en ese ambiente? ¿Compartió alguna noche de farra con Fernando Fernán Gómez y Ava Gardner?

Más de mil, prácticamente todos los días. Ava Gardner siempre estaba pasada, su drama… Yo fui ayudante del ayudante del ayudante, en ‘55 días en Pekín’, y sé lo que sufrió Nicholas Ray en esa película. Ava era una belleza increíble, yo la tengo entre mis diosas del cine, pero por ‘Forajidos’ y dos o tres pelis de esas, no por las que rodó después. Se despendoló y empezó a hacer tonterías, siempre pasada y borracha. Cuando hizo ‘55 días en Pekín’, tenía que interpretar a una chica de veintitantos. Se hizo un lifting total. Yo estaba en el estudio cuando llegó por primera vez, y llegó preciosa, bellísima… pero esa misma noche se pegó un viaje tremendo, bebiendo como una condenada, ¿sabes qué bebía? Cerveza y absenta juntas, se llenaba los vasos hasta arriba, y para adentro. No tenía derecho, bueno sí, cada cual tiene derecho a hacer con su vida lo que quiera, pero cuando eres una estrella de esa categoría, y encima la inversión que hay sobre ti es monstruosamente enorme, pues ya no tienes derecho a joder a la gente de esa forma. La de veces que lo he hablado con Nick, que era muy amigo mío, no podían con ella…

Ahora que menciona a Nicholas Ray, ¿qué le parece ‘Lightning Over Water’? la película sobre sus últimos días.

¿La de ese gilipollas de Wenders?

Sí.

Me cago en Wim Wenders. Mercadear de esa manera tan descarada, ficticia y primitiva, eso me toca los cojones. Es un tío al que conocí porque hizo la película aquella de ‘La letra escarlata’, un libro hermosísimo que destrozó. Respeto demasiado a gente como Nicholas Ray como para admitir ese sustituir al que tiene talento de verdad por un gilipollas que ha movido bien sus amistades y cuerdas.

Otro director del que me interesa conocer su opinión es John Waters.

Tonto del culo, le conozco personalmente, y es un T-o-n-t-o d-e-l c-u-l-o, no me parece nada. (Lo dice realmente irritado).

Y siguiendo con otros nombres del cine americano, ¿qué le dice Jim Jarmusch?

Me dice muchas cosas, y muy variadas. Hay alguna película que me gusta francamente, como ‘Noche en la tierra’, o ‘Down By Law’ pero, en general, no me acaba de gustar. Así como Cassavetes me parece un talento fuera de serie, Jarmusch no me parece tan maravilloso. Danny Boyle, que está ahora de moda, tampoco.

¿Cuál es su película favorita de Cassavetes?

Seguramente ‘Muerte de un cocinero chino’, y también me gusta ‘Una mujer bajo la influencia’, aunque me gustan muchas, incluso la primeras. ‘Shadows’ es preciosa. Este tío sí que me parece un talento muy original. Es una especie de Buñuel americano, un equivalente, no quiero decir copiado, ni nada parecido.

Un dato que me gustaría aclarar. ¿Su película ‘Necronomicón’ está inspirada en el libro de HP Lovecraft?

No, no tiene nada que ver con el libro de H.P. Lovecraft. Te voy a contar algo que no he hecho el menor esfuerzo por difundir. Cuando yo hice ‘Necronomicón’, estaba en Alemania. Esta peli tenía otro título en principio. La había escrito para hacerla en coproducción con España, porque no la veía con dificultades para pasar la censura española. Me la prohibieron tajantemente, diciéndome que no había forma de que me la pasaran. Me quedé jodido y abrumado, y el coproductor alemán, un actor y productor austriaco que vivía en Alemania, Adrian Hoven, me dijo que la produjéramos en Alemania, y así fue, nunca tuvo nacionalidad española.

Sí que inspiró a Sam Raimi en sus películas.

Me gusta ‘El ejército de las tinieblas’ …

Y hablando de más libros, es increíble la colección de libros dedicados a su persona y a la de su mujer. He intentado conseguir ‘El sexo del horror, Bizarre Cinema’, ¿sabe a cuánto se cotiza en Internet?

Ni puta idea.

Doscientos dólares.

¡Joder! Te lo vendo por cincuenta. (Risas) Hay muchas cosas raras editadas por todo el mundo, luego te enseño unos DVD´s japoneses que me han mandado y que son mi nuevo fetiche.

Fetiches, una palabra unida al recientemente fallecido Forrest J Ackerman, ¿Le conoció?

Sólo el personaje. Jamás tuve contacto con él.

Dejemos pelis y directores y hablemos de música. Habiendo sido músico de Jazz profesional, ¿qué músicos aconsejaría a los profanos en este estilo?

Soy muy snob en eso del Jazz. No es que haya tenido grupos, aunque sí que he tocado profesionalmente y estudié durante ocho años. Creo que tengo un punto de vista demasiado profesional, aunque hace tiempo que no me dedique al tema. Sigo enamorado del West Coast. Chet Baker continúa siendo para mí casi dios. Bob Cooper, Clifford Brown… músicos grandiosos, algunos casi desconocidos.

Este año, Michael Gondry reivindicó a Fast Waller en ‘Be Kind Rewind’, una figura desconocida para el gran público, que me lleva a otra peli muy recomendable ‘Stormy Days’, pero, ¿le gusta Waller?

Me encanta Fast. ¡Por dios! es de mi infancia. No he visto la peli, pero Waller era además el discípulo de James P. Johnson, un pianista de Blues maravilloso que acompañó a Betty Smith. Era un talento fuera de serie con temazos como ‘Honeysuckle Rose’.

Además del jazz, ¿qué otras músicas le han interesado?

Muchas músicas. Sobre el Rock… para mí el Rock es el Blues mal tocado, entonces qué te puedo decir…que sí, que hay mucho Rock que me gusta porque es casi tan bueno como si fuera Blues.

¿Y sus bandas favoritas?
En el tiempo ha habido varias. Sin ser original, la de todos, los Stones, pero los que más me han gustado, y estuve a punto de hacer una película con ellos, fueron Pink Floyd, buenísimos. Tuve un encuentro muy fuerte con ellos. Me han encantado siempre.

¿No son demasiados tristes?

Sí, claro, pero me inundan de tristeza muchas cosas que son realmente buenas, no debe de ser un prejuicio,¡qué le vamos a hacer!

Una peli unida al rock and roll, y que descubrió su figura a una generación fue ‘Killer Barbies’. Se dice, se comenta, que hay mucha mala hostia en esa peli, que complicó mucho la historia para que la gente a la que iba destinada no la entendiera…

Quien piense eso está delirando, es de las películas más simples que he hecho en mi vida. Prefiero la segunda parte.

¿Fue idea suya o del grupo?

Surgió por Carlos Subterfuge. Yo le conocía mucho, andaba detrás de mí para hacer un disco de temas de Jazz de pelis mías y así surgió la película. Hubo conexión con Silvia y con el grupo. En aquel tiempo tenían marcha, un feeling muy especial.

Estoy de acuerdo. Acabaron siendo más famosos fuera de España y convertidos engrupo de culto.

Es una pena, porque ya han muerto. Silvia es una tía encantadora, pero se ha dejado poner esas tetas y esas cosas…

¿Con qué grupo le hubiera gustado rodar un videoclip?

Pues con Pink Floyd y algo que te va a sorprender, estuve a punto de colaborar con Iron Maiden. Ahí, en el cajón, aunque me pueden cortar la mano por decirlo, tengo un top secret; maquetas hechas por Bruce Dickinson para mí. Bruce es un talento de cojones. No me gusta ese tipo de música, pero hay que reconocer el talento de Bruce y su grupo, porque son muy buenos. No hay que cerrarse en los esquemas.

¿Ha experimentado el fenómeno de las groupies?

Yo no soy famoso, y no lo he experimentado para nada.

¿Cómo vivió la contracultura hippie?

Bien, a mí me gustaba, sorprendente, y bien…

¿Y el movimiento Punk?

Era menos sincero. Los hippies estaban allí y no se metían con nadie. El movimiento punk lo considero mucho más agresivo, más violento y con menos tripa, más ficticio.

Sé que no le gusta hablar de ‘Vampiros Lesbos’ pero no puedo dejar de hacerle esta pregunta; ¿influenciaron las drogas psicodélicas en algunas de sus películas?

Alguna cosita así de pasada, pero no esencialmente.

Hablando de otro tema controvertido, está claro que Internet, los P2P, están haciendo mucho daño a la industria, pero poco se habla de lo que la industria hace por arreglar el problema. Los precios en nuestro país, tanto en música como en libros, están por encima de países con economías más saludables que la nuestra…

Veo pocas soluciones, y todas son malas. Yo defiendo que dejen a la gente en paz, que haya libertad absoluta de descarga, eso tiene que ser libre. Hay culpa de ambas partes…

En mi opinión se puede descargar, y a la vez darte el placer de comprar mensualmente tus Cds y DVDs…

Claro, pero pedir que todo el mundo actúe así es como pedir la desaparición del egoísmo de la faz de la Tierra. Yo mismo, que debería de ser acérrimo defensor de ese mundo, cuando de repente me encuentro una peli cojonuda que está en el Emule, la descargo.

De todas maneras, veo que tiene una buena colección de pelis.

Mis gastos se reducen a comer y al espectáculo éste, que ya no es cine, ya es otra cosa, espectáculo audiovisual, o como quieras llamarlo.

Algunos directores han declarado que ya no van al cine, gracias al DVD, ¿ve muchas pelis en casa?

Muchísimas, pero sigue acudiendo al cine siempre que puedo.

Y de las nuevas tecnologías, el Blue-ray y demás, ¿qué opina?

Son intentos comerciales para dar nuevos realces a la industria, pero creo que se olvidan de lo esencial, que haya unas cosas que contar y un sistema de contarlas cojonudo.

¿A qué sistema se refiere?

La gente que ama de verdad el cine, quiere que sea todo lo más hermoso posible, la fotografía, la luz y el montaje. Ahora eso ya está al alcance de cualquiera, con una camarita y con un sonido barato, puedes hacer la mejor película del mundo, si no la haces es porque no sabes, no porque no puedas. A mí esto me parece maravilloso y admirable, me encanta que haya la posibilidad de no tener que ser hijo de millonario para dar salida a lo que llevas en tus tripas, es fantástico. El cine se había convertido en la exclusiva de unos pocos privilegiados que tenían acceso a unas cosas que valían carísimas, ahora ya no es así. He hecho una película, ‘La cripta de las mujeres malditas’, con un presupuesto de cuatro duros. El estreno mundial fue en el homenaje que me hizo la Filmoteca Francesa hace tres meses, y te puedo decir que, allí estuvieron aplaudiendo durante ocho minutos, en la sala grande de la Filmoteca de París, setecientas localidades, que ya es bastante, y no al nivel de una audiencia antigua estúpida o catatónica. Ver que aquello funciona, es el mejor regalo que uno puede tener, no por el hecho de la vanidad, sino por el hecho de ver que estás en el mundo y que has contactado con la gente que te interesa. Me interesó muchísimo más ese homenaje, eso tiene más fuerza que el Goya, ¡que Goya ni que hostias! Aquello fue sincero y de verdad, de gente que ama el cine. El cine no morirá nunca, es un pedazo de nuestra vida. Me toca los huevos cómo lo llamen, pero que haya contacto entre unas imágenes y unos sonidos que uno puede ofrecer a las personas, y que éstas conecten, eso es lo importante. En ese sentido, me encuentro ahora mismo feliz de la vida, porque sé, además, que después de todo esto, soy un hombre de setenta y muchos años y, sin embargo, ahora es cuando más peticiones tengo para hacer películas conmigo, más que nunca. Y al final creo que no he contestado tu pregunta…

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Pues quiero hacer inmediatamente dos películas, pretenciosas, la verdad. Una que voy a rodar dentro de dos meses, de terror erótico, basada en un relato de Raymond Chandler, y además tengo que hacer, y voy a hacer, una versión moderna pero muy fiel de ‘Medea’. Y otra peli que sé que voy a terminar rodando, porque llevo cinco años queriendo hacerla y no me ha hecho caso nadie, hasta ahora, y es la historia maravillosa de ‘Macbeth’. Será una versión especial sobre un ensayo de la obra teatral hecha por cómicos aficionados que intentan hacer teatro clásico, con todas las estupideces y torpezas de un grupo aficionado que no conoce profundamente a Shakespeare, pero, poco a poco, es tal la fuerza de la obra, que acaban entrando en el juego, asesinándose y muriendo. Antes haré un ‘Jekyll y Hyde’ muy peculiar. Y hay muchos más proyectos, tengo una mesa llenas de historias y de guiones.

Si volviera a nacer ¿se dedicaría a esto del cine?

Sin ninguna duda.

No quiero robarle más tiempo a pesar de lo interesante que está siendo la conversación. Quisiera agradecerle su amabilidad y el tiempo que nos ha dedicado.

Y yo darte las gracias por vuestro interés. Un placer.

Globero y bunburista. Conoció a Eli Wallach.