Inside Out
Cómeme la cabeza… Ya (II)
Alice: How long is forever?
White Rabbit: Sometimes, just one second.
Lewis Carroll
Casi cualquiera podría hacerlo. Las restricciones estarán marcadas por el entendimiento, la diversión, la sintonía que exista entre los implicados y las expectativas (cuidado con esto, peligro: importante que sean las mismas para todos). Para algunos/as, lo más relevante es la manera de comenzar el juego, ¿es tu caso?. Cómeme la cabeza, después… Capacidad de sorpresa, humor y mantenimiento de la atención por la diferencia son elementos que te harán ganar puntos de interés. ¿Qué tendrá más éxito, lo predecible o lo sorprendente?
Partamos del supuesto de que el/la del otro lado es conocido (algún amigo/a con quien tonteamos en confianza y sin demasiado pudor o incluso quien tienes al lado a diario. Escandaliza, haz que se suba por las paredes de impaciencia y lujuria y que cuando llegues a casa se te tire en plancha), se ha conversado suficientes veces como para saber más o menos hasta dónde llegan los límites del recato o si es necesario virar el rumbo para que la expectación no decaiga.
Llegados a este punto, te propongo un juego (este fragmento es un ejemplo ficticio). Tu tarea es elegir: (A) ó (B).
Qué parte dejes a la imaginación o cómo vayas encadenando la conversación puede ser indicativo de tu capacidad creativa o de cómo manejes el juego de la sugestión e insinuación.
E incluso la posibilidad de predecir si la aventura de los mensajes sucios puede alargarse en el tiempo. Todo suele funcionar (o no) en función de las expectativas y compatibilidad mental (crees que no, pero sí), incluso en un encuentro esporádico.
Atención: querías esto y lo querías ya. ¿Cómo se interpreta?
Aparentemente quien elija la opción (A) no interaccionaría con soltura con (B), más dado a la sugestión y los vericuetos mentales, porque está más orientada a lo inmediato, a lo meramente visual y no muy dispuesta a los juegos de palabras o la insinuación. Lo quiero ahora, lo quiero ya (esto acabará jugando en su contra en el caso de encontrarse por azar), incluso utilizando comodines adecuados: guapa/o, bueno/a, culo, cuerpo, la constante repetición hará que una de las dos partes abandone el juego por falta de diversión y busque un nuevo participante.
Es posible que tampoco (B) mantuviera el interés con (A) demasiado tiempo, principalmente por la ausencia de desafío. ¿Entonces mensajearse es aburrido? Tal vez (o sólo con las personas equivocadas), ¿y si el objetivo es pasar de lo frío a lo templado y después a lo caliente hasta acabar en las brasas? La cosa cambiaría un poco.
Resumen: sorpresa, imaginación, compatibilidad mental, expectativas, desafío, incremento gradual de la tensión.
Hace un rato nos cruzamos con Carmen, Don Juan y Cecilia como inspiradores de la sugestión. De sus andanzas a la conversión en mitos, unos desde el personaje imaginario, otra como persona real marcada por la tragedia. Sigue existiendo la idea de que los maestros de la seducción son insinuantes, juguetones, misteriosos, ocasionalmente zalameros, inagotables y perfectos.
Parecen magnéticos, así los imaginaste siempre. Entonces quieres aprender su habilidad pensando que es fácil, pero olvidas que el camino y el final están sembrados de ensoñaciones, observación, dominio de los sentidos y escucha. Y que también es un modo de mitigar ansiedades internas, huir de la soledad o el dolor con el halago constante. Sí, hasta la seducción encubre complejos y traumas. Son iguales que tú en algo.
Una pista: mejor si el cumplido parte de algo sincero. Eso es fácil, basta con pensar qué tiene él/ella que te gusta, por qué estás enganchado/a esperando la próxima palabra. Y tirar de ahí.
Resumen: magnético, halago, complejo, cumplido, seducción.
-Oh, oui je t´aime
-Moi non plus
-L´amour physique est sans issue
Je vais, je vais et je viens
Serge Gainsboug & Jane Birkin
Los mensajes tórridos pueden resultar (más) efectivos si:
- Se nota que te diviertes con ello. ¿Cómo? Imaginando y describiendo en pinceladas sutiles aquello que nos gustaría experimentar. Si hace falta toma como referencia alguna situación ya vivida.
- El modo de escribir es más sugerente o insinuante que explícito.
- El sentido común te acompaña desde lejos, ¿de verdad es necesario exponerse total y frontalmente al enviar una imagen?, ¿por qué no fragmentos?, una parte del rostro o del cuerpo son señuelos tentadores suficientes, que la imaginación haga el resto.
- La lectura de algo sucio y personal estimula los sentidos, ¿no crees? Prueba. Reducirlo solo a lo visual es hacerle perder parte de la magia. Para eso hay otros lugares a los que acudir.
- ¿Hay más cosas en común que estas palabras ardientes? ¿Estás en condición de igualdad? ¿Se comparte modo de pensar, de hablar o un humor semejante? En estos casos la previsión de éxito es elevada.
- Saber que pones puede suponer un incremento, temporal o permanente, para la autoestima (eso sí, no la bases únicamente en el factor atracción). Sólo lo físico ya no es suficiente. Quiere más, demanda más. Algo especial que no se pueda ver en cualquier parte. Esto es un buen aliciente, combinado con otros factores.
- ¿Puede servir para dar una nueva vuelta de tuerca a la diversión con tu pareja? Sin demasiadas dudas podría decirte que sí (si estáis en la misma sintonía).
Una historia de mensajes personalizados, surgidos de una situación común, salpimentada con palabras de significados evidentes u ocultos, incita a desarrollar la imaginación, pone en juego más de un sentido y es el mejor bombón para degustar en solitario, hasta que pueda materializarse lo que, entre las líneas y el tiempo, hayas querido compartir.
Resumen: divertirse, señuelo, magia, lectura, calentar, bombón.
Aquí tienes la guía de referencia para que empiece la práctica, modo de empleo libre.
La pista es subir el nivel poco a poco. Despierta el interés de tu oponente induciéndole a que pida, quiera y ansíe más. Todos estos elementos (y cualquier otro que se te ocurra) son combinables, ¿qué pasará al cambiar de caliente a templado? ¿Y al volver al punto neutro de inicio? Practica, tienta e imagina son las claves de lo memorable. Un consejo final: lo que no quieras decir no lo digas, pero intenta no mentir porque ¿qué sentido tiene? Y otro: cambia diversión por perfección (que no existe) y a lo mejor se acercará.
Y ahora dime, ¿qué sabes hacer con las manos?
Respuesta: (rellena el espacio con esa respuesta obvia)
¿Me habrás calentado lo suficiente como para… ?
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