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Javier Gurruchaga: “Cada vez soy un poco más supersticioso”
El caos reina en el salón de la casa del artista de San Sebastián. Carteles de películas, discos, figuras de Elvis Presley, un gran espejo y silencio en todo ese caos, un caos controlado. Ve la luz “El Maquinista de la general” (Avispa Records, 2010), el nuevo long play de La Orquesta Mondragón que contiene una bonita colección de piezas musicales donde se pueden encontrar versiones, como ‘Susie Q’ de Creedence Clearwater Revival o ‘Whole lotta Rosie’ de AC/DC. También temas nuevos escritos por Jaime López (‘¿Por qué no te callas?’) y colaboraciones como las deMolotov, Betsy Pecannis e incluso Sara Montiel. Javier Gurruchaga (San Sebastián, 1958) hace balance de todo el tiempo que ha pasado en México, pues han sido tres años trabajando en un álbum que homenajea al blues, al mambo, al rock… a México y a la familia, exactamente a su padre Vicente, ferroviario de profesión. Pero no solo de música vive el hombre, pues la política, la sociedad y la cultura también fluyen en la conversación. Al fin y al cabo, volver a las raíces para rehacer el camino andado por los pies… y por el alma.
¿Se considera usted un hombre de fe o de pecado?
No soy un hombre muy de fe, pero cada vez soy un poco más supersticioso. Te diré una anécdota que concuerda con lo que estamos hablando, y es que la copa que se le cayó al señor Ramos el otro día no estaba cómoda con su dueño. Me da que hay algo ahí que tiene que ver con la superstición. No va a ser muy futurible y va a dar un poquito de mala onda para el Real Madrid. Esas cosas en los terrenos del espectáculo han dado resultados terribles. […] La religión también tiene un poco de esto. No el sábado Santo, pero sí el viernes Santo que estuve con mi madre visitando la tumba de mi padre que falleció hace año y medio, y es a quien le dedico este disco y todo el esfuerzo, pues era ferroviario. Pero bueno, a partir de unos años ya se mezcla la superstición. Yo recé con mi madre, lo hice por estar con ella, pero recé muy a gusto un Padre Nuestro, un Ave María… no se cuantas cosas rezamos en el cementerio. […] Pero lo que te quiero decir es que hay un punto en el que uno ya no sabe donde estamos, aunque no soy creyente, pero hay mil cosas que se mezclan.
Justicia poética…
Será algo así. O el karma. Por ahí hay ciertas contradicciones que quizá hace veinte años hubiera sido más categórico.
Y es todo tan ambiguo… me resulta gracioso que digan que La Orquesta Mondragón vuelve, cuando en realidad nunca se ha despedido.
Cierto, otra cosa es que uno tenga más o menos fortuna o más éxito, o esté tres años –como ha sido el caso- grabando y haciendo canciones sin prisa en México, donde he estado y donde he actuado haciendo cine, que han sido dos películas allí. […] Ha sido un tiempo en el que he estado fuera del cierto, pero vamos, seguimos con un espectáculo en el que tienen que ver sobretodo muchas de las canciones del último disco, “El maquinista de la general”.
De hecho, “El maquinista de la general” tiene mucho de México.
Sí, aparte de que fundamentalmente hay rock y blues. También hay guiños al mambo, a la ranchera o la cumbia. Hay canciones como ‘Los arrabales’, que es de Jaime López. O el mambo que le dedicamos al Rey (‘¿Por qué no te callas?’). Guiños que tienen que ver con ese mundo.
Es más, ‘¿Por qué no te callas?’ iba a ser el título del disco en principio.
Sí, si. Lo que pasa que al morir mi padre quise poner un título más conceptual, así que utilicé el viejo y clásico título maravilloso de Baster Keaton, “El maquinista de la general”, título que además utilizamos para hacer un tema propio que también firma Jaime López, un rhythm & blues a la vieja usanza de los temas de trenes de los años cuarenta. Así que finalmente le dimos ese otro título.
Y hablando de trenes, hay también una versión de ‘Mystery train’ de Elvis.
A mí siempre me ha gustado mucho Elvis, así que es un homenaje, como también fue ‘That’s al right mama’, que es un modo de reconocer las raíces de cuando yo empecé a cantar. Este señor blanco con voz de negro, los negros, el blues, el rhythm & blues… y ahí está también el ‘Jumpin’ Jack Flash’ de los Rolling Stones como bonus track, aunque lo íbamos a descartar. También está ‘Im so tired’ de The Beatles, ‘Susie Q’ de Creedence Clearwater Revival… aunque no por eso deja de haber siete canciones nuevas. Nos gusta agradecer el espíritu rockanrolero del que venimos.
Homenajear y reconocer las raíces de donde venimos es siempre un bonito detalle. Ya no solo a la música, sino que también –y como antes hemos comentado- a tu padre. ¿Se le debe mucho a la familia?
También pasa eso cuando uno se hace más mayor, pues echa de menos las raíces. Cuando uno ya piensa que está solo y se lo va a comer el mundo… pero luego vas viendo que tanto el disco a mi padre y el encontrar a mis padres espirituales, hacerles un guiño a Elvis, The Beatles, el rhythm & blues del principio… tiene mucho que ver con ‘El maquinista de la general’, o incluso una canción de las que marcó el comienzo de La Orquesta Mondragón. […] Otro grupo que me marcó y que vi en Londres son los AC/DC, de los cuales hacemos ‘Whole lotta Rosie’, una versión más “elvisona”.
Brutal ‘No más héroes, por favor’, un corte que tiene que ver mucho con la política.
Si, en la letra está muy presente la política, el narcocorrido, la violencia… pero la violencia en cualquier parte del mundo. Ahora mismo uno ve las imágenes y no sabe donde está. Muertos en México, en nuestras fronteras, violencia de todo tipo, en Libia, Japón… ves una película desfasada de Vincent Price donde la ciudad está desierta por un gas tóxico y te das cuenta que son las mismas imágenes que en Fukushima. Se repite todo. […] Desgraciadamente ahora está todo tan globalizado que ves que la muerte está en todos los sitios. De alguna manera, ‘No más héroes, por favor’ es un canto a lo absurdo de estas heroicidades tan nefastas para la convivencia.
Los políticos siempre buscan algo más en esas catástrofes.
Parece que les gusta que sucedan estas cosas para apuntarse… bueno, tú ya sabes como está la política. En general siempre ha sido así, hay mucha demagogia y mucha hipocresía.
Y con el arte también juegan. Hace poco salieron unas declaraciones suyas sobre la Ley Sinde que crearon bastante polémica. ¿Qué le parece esto?
Si, bueno. El otro día me preguntaron -en un medio que ahora no recuerdo- qué me parecía la Ley Sinde, yo contesté que me parecía descafeinada, pero luego vi que me ponían a parir. Yo creo que hay que codificar las cosas. Igual que uno no entra en una tienda a llevarse los productos por mucho que le gusten. Por eso hay que codificar las cosas, la música, el arte, la literatura… […] Yo todavía considero la Ley Sinde un tanto descafeinada, porque convendría organizar mejor las cosas y avanzar en ese sentido. Con respecto a otras posturas anteriores, o con gente que ahora es conversa a ese tema creo que es un avance importante. Pero prefiero no matizar demasiado para no crear un conflicto. Yo creo que es insuficiente.
Centrándonos en “El maquinista de la general”. Antes hemos comentado lo que hay de México en este trabajo, pero también es destacable el puente cultural que hubo gracias a Buñuel, también presente en el álbum.
Ahí se ve que hay menos fronteras de las que parece, y Buñuel encajó muy bien por ese cine un poco precario que estaba haciendo pero con unas historias buenísimas y con unos actores mágicos, en blanco y negro. ¡Y que historias! Ojalá que muchos de los que hoy hacen cine tuvieran esos argumentos. “Los olvidados” se hizo en diecinueve días y ahora está declarado como monumento histórico del cine. Esta película tiene alguna manera que ver con nuestras canciones; el mundo de la intemperie, el no poder conseguir ni tener trabajo, la juventud, la violencia… esto se ve en canciones como ‘Noko’ con Molotov, o en ‘Pasó cerca la bala’, donde todo ese mundo está ahí. […] Hay enormes puentes entre México y España con Buñuel, con Emilio “Indio” Fernández, con la música de allá y de acá… y yo me he sentido muy a gusto trabajando allí. Son muchas cosas, muchas más las que nos unen que las que nos separan, y están en las músicas, en las letras que están en este disco, como lo está el cine. Y no solo Buñuel, sino también el surrealismo y Goya. […] Yo creo que los actores mexicanos son más esperpénticos que los españoles, son muy buenos actores con una gran dosis de humor negro.
Sin olvidar ‘Metro Balderas’, que allí es un icono del rock. Original de Rockdrigo González que popularizó El Tri, además de ser otra de las piezas de “El maquinista de la general”.
Con ‘Metro Balderas’ también quisimos hacer un guiño de cuando hicimos nuestra primera visita a México en el 82. Además que su compositor original falleció en el terremoto que sufrió México en el 85. […] Era un poco la música que se escuchaba y es una forma de agradecer a toda una generación ochentera que estuvo un poco mal mirada con el tema del rock. […] Con esta versión quisimos hacer un homenaje a este icono, sin olvidar la versión de El Tri, la cual me parece muy interesante. Le hemos hecho nuestra impronta más mondragona a esta historia que también es de trenes, solo que van por el metro, debajo de la ciudad, muy urbana. Eso es ‘Metro Balderas’, un homenaje al tren underground.
Cierto, pues en a lo largo del disco se escuchan unos coros que simulan ser una locomotora.
Si, el “chu-chu buh-buh”. Eso está copiado de las viejas canciones de boogie-boogie y rhythm & blues de Louis Jordan y de los músicos negros que hacían música de trenes, viajaban en tren, que era entonces como hacían sus giras… tiene mucho que ver también con las orquestas de Count Basie, Louis Jordan, Lucky Millinder, Duke Ellington…, de hecho Duke Ellington tiene un tema ‘Take the ‘A’ train’ que habla de trenes, como muchos más. […] Recuerdo cuando vi a los Stones en el Vicente Calderón, comenzaba sonando Duke Ellington, empezó a llover y salieron los Rolling Stones tocando ‘Under my thumb’. Fusionaron a Duke Ellington con el comienzo de su concierto. […] Tienen mucha iconografía pre-rock estos temas de trenes, de carretera y de gira, como el ‘Mystery train’.
Algo muy nómada también, ¿no?
Si, cierto. Yo creo que el “chu-chu buh-buh” es un sonido de movimiento, de no estar quieto, de ahí viene y ahí va. Como la música misma. Los shows, espectáculos que giran, aunque ahora igual se gira más en autobús o en aviones, como las estrellas. Pero las viejas orquestas lo hacían con ese antiguo glamour romántico que tiene el tren.
¿Usted se siente una orquesta o se siente una estrella?
No, yo viajo con orquesta. Además le tengo miedo al avión, y si viajo en avión lo hago en turista, así que de estrella nada. Yo llevo muchos años en esto, pero cuando uno lleva tanto tiempo y sube y baja como la montaña rusa pues no. Soy un currante, en la carretera… on the road. Pero vamos, hay que examinarse todos los días doblando en “Buscando a Nemo” o en “Tiana y el sapo”, haciendo una obra de teatro con Charo López en el Teatro Bellas Artes, conciertos en México o una película de Gustavo Loza. Siempre es un examen en el que te pueden poner bien o mal. […] La última crítica que he tenido buena ha sido doblando al Dr. Facilier en “Tiana y el sapo”, recuerdo que fue en El País y decía que era lo mejor de la película. Siempre tienes que estar examinándote, aunque igual haces una cosa con mucho empeño y luego no tiene ningún eco.
Otro punto importante es el teatro. “El maquinista de la general” se presentará de esta manera en La Latina. Ese toque de vodevil…
En este caso, el teatro va a ser un marco para el concierto de La Mondragón. El teatro tiene su gracia y un poco esa especie de aura que a mí me recuerda mucho a los teatros de Pigalle de París o Paralelo de Barcelona. Un punto popular y también castizo que suena muy bien. […] Estuvimos a punto de hacer el ensayo del musical de “Golfos de Roma” con Gabino Diego y Mario Gas, pero finalmente lo hicimos en el Teatro Apolo. Es una asignatura pendiente hacerlo ahí porque es la misma empresa que hace el proyecto con Charo López (“Carcajada salvaje”). […] Me encanta ese punto canalla y periférico que tiene el centro histórico, como era en origen. Es una zona popular, en la que además, cuando vine por primera vez a Madrid me hospedé en un hostal muy cerca de ahí. […] Tendrá eso que dices, un ambiente vodevil pero que da el sitio, porque el espectáculo va a ser un recital de rock y así presentar este disco con el que hemos estado tres años trabajando entre México y España.
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