Factory VIPs

La porno-paradoja de Amarna Miller

Por  | 

Si a estas alturas de la película te estás preguntando quién demonios es Amarna Miller eso sólo puede tener dos explicaciones; o bien no sueles ver pornografía, o bien esto de internet y las redes sociales no va contigo. Lo primero es asunto tuyo, lo segundo es admirable, incluso envidiable; te pierdes a la Miller y alguna que otra cosa más pero eres libre. Enhorabuena.

Aun así, digamos que te pica la curiosidad, digamos que quieres dejar de preguntarte quién es esta chica. Y no tiene mucho misterio, en realidad. Amarna es esa pelirroja madrileña de 25 años, licenciada en Bellas Artes, trotamundos impenitente, que se ha convertido en la última sensación del porno precisamente por ser la universitaria locuaz y leída que se gana la vida practicando sexo delante de una cámara. Los prejuicios morales, los clichés, posibilitan el modus vivendi de Miller. Es porque la sociedad la convierte en una anomalía, en la porn star con aspiraciones intelectuales, que ella puede dedicarse a lo que se dedica. Más aún, eso hace que esté de moda. Que una editorial llame a su puerta para publicar la antología fotográfico-poética Manual de psiconáutica, que su firma aparezca a menudo en publicaciones y revistas que nada tienen que ver con el mundillo del hardcore o que el inefable Mejide quiera llevarla a su rincón de pensar. Ella acepta la paradoja y, como cantaba Leonard Cohen, intenta cambiar el sistema desde dentro. No le queda otra.

Cara lavada, pelo recogido y sudadera “de colorines”. Así se presenta. A veces responde como si quisiera poner en un brete a alguno de sus antiguos profesores de la facultad, por momentos se exaspera ante cuestiones que demuestran que un convencionalismo es eso que llega para quedarse durante una buena temporada. A Amarna no le fallan ni el discurso ni los gestos, es rotunda en sus argumentaciones e implacable ante las grietas de los argumentarios ajenos, pero ahora que he recordado aquel “First we take Manhattan” de Cohen caigo en la cuenta de que no le pregunté algo elemental, y es que por mucho que ella quiera cambiar el sistema, la cuestión es y seguirá siendo: ¿quiere el sistema cambiar? Ahí queda eso para la próxima ocasión.

Amarna by Nico Bertrand 05

Te metiste en el porno de una manera cuanto menos poco ortodoxa, creando tu propia productora, Omnia X. ¿Por qué no empezar trabajando para otros?

El producto que estaban vendiendo las productoras españolas no era el que yo quería grabar. Ahora tengo un margen de movimiento bastante amplio, puedo trabajar en cualquier tipo de película, pero cuando empecé era muy tiquismiquis.

¿En qué sentido eras tiquismiquis?

En el sentido de que solamente aceptaba producciones que tuvieran una alta calidad artística, solamente aceptaba argumentos con los que estuviera al cien por cien de acuerdo. Ahora esto ha cambiado, porque mi sexualidad ha ido evolucionando, porque me ponen otro tipo de cosas. Por ejemplo, cuando empecé, siempre quería saber quiénes eran mis compañeros de rodaje antes de hacer nada, porque me daba seguridad, era una manera de saber que tenía el control sobre la situación, y si no me gustaba la persona pues rechazaba la escena. Pero a medida que han ido pasando los años… Es curioso, le he encontrado el gusto a no saber con quién voy a rodar. Prefiero que no me lo digan. Prefiero llegar allí y descubrir con quién voy a rodar en el momento del rodaje, porque eso me pone cachonda. También ahora me siento mucho más empoderada, en muchos sentidos.

¿Sientes que tienes más poder sobre lo que haces o sobre ti misma?

Me siento más adulta, con menos miedos. Con 19 años estaba histérica respecto a los rodajes; no me sentía con el poder suficiente como para rechazar algo si no me gustaba una vez estuviese en la escena, y ahora si algo no me gusta pues lo digo, y punto y pelota. Supongo que es lo que tiene hacerse mayor…

Mayor con 25 años…

(Se ríe) Es interesante esto. Verbalizarlo me hace reflexionar sobre ello. Es como eso que dicen, que cuando la mujer llega a los 30 años se siente como más mujer. Pues yo lo siento a los 25. Tengo más control sobre lo que hago, más control sobre mi cuerpo. Y me gusta mucho.

¿Cómo fue aquella historia de Omnia X?

Empecé haciendo fotos de amigas, primero desnudas, después más explícitas. Tuve la suerte de contar con una serie de personas de mi círculo más o menos cercano que querían de alguna manera dedicarse al trabajo sexual. Éramos un grupito de chicas, y algún que otro chico, trabajando en esto. Fue como una prueba de fuego. Al principio Omnia X era como un experimento, un ensayo; prueba y error. No tenía ni idea de lo que era una empresa, una sociedad limitada, una sociedad anónima, qué es un capital de riesgo. No tenía ni idea de nada. Me propuse montar una productora y ya está, pero luego fui descubriendo que todo era mucho más complejo de lo que yo creía. Dedicaba el 100% de mi dinero y de mi tiempo libre a Omnia, era el proyecto de mi vida, la cosa en la que estaba poniendo todo mi esfuerzo.

Y entonces te das cuenta de que no quieres limitarte a estar detrás de la cámara.

Descubro que el producto que quiero hacer es también el producto en el que quiero participar, y que muchas otras chicas que estaban en mi situación, que querían meterse en la industria pero no sabían cómo o no les gustaba lo que les estaban ofreciendo, de repente se sintieron identificadas conmigo, así que me llevé todo ese nicho de mercado, todas esas actrices. Llegó una avalancha de actrices con mi mismo perfil; chicas universitarias, o que tienen otros intereses aparte del porno, que lo quieren hacer por hobby, porque les gusta, y no por dinero. Así es como yo empecé a conseguir actrices. Fue maravilloso, fue una experiencia muy bonita.

¿La industria del porno en España es ya mayor de edad o sigue en pañales?

No, la industria en España no está en pañales, simplemente se regodea en un producto que funciona económicamente, pero… (Se lo piensa) Cómo decirlo sin que la industria me odie por lo que voy a decir… (Risas) . A ver, es una industria desarrollada, pero el producto que están ofreciendo está caduco.

 ¿Caduco por maniqueo, por rancio? ¿Por machista?

Hace falta más innovación. Gracias a Dios, de unos años a esta parte están saliendo una serie de productoras españolas que sí que ofrecen un producto novedoso. Están X Confessions, de Erika Lust; Black Mind Studios, con Nico Bertrand y Anneke Necro. Presentan un tipo de sexualidad diferente. O Virtual Real Porn, que son unos chicos de Zaragoza que producen porno en realidad virtual para el casco de las Oculus Rift, y es una pasada lo que están haciendo, son los mejores del mundo en lo suyo.

Amarna by Nico Bertrand 08

Hablemos de estigmas. Tú has tenido muy claro todo este tema y te has metido en el porno con total conocimiento de causa, pero nos guste o no, una tarjeta de visita en la que se lea “Actriz porno” no es el mejor pasaporte para las fiestas de la alta sociedad.

Si te quieres dedicar a cuidar niños nadie te va a contratar si has hecho porno. Y me parece fatal, eh. Odio decirlo, porque así se perpetúa de alguna manera ese estigma, pero es así. Yo me lo pensé mucho, pero mucho, y cuando pensaba que lo tenía claro lo seguí pensando más, y cuando ya estaba convencida de hacerlo lo seguí pensando. Así que cuando empecé a hacer porno lo tenía clarísimo y muy masticado. Lo que pensé en aquel momento -y lo sigo pensando- fue que tiene que haber alguien que dé el primer paso, tiene que haber un pionero, o como quieras llamarlo, que empiece a clamar por los derechos de ciertos colectivos que están en desventaja. Se lo decía a mi madre la última vez que hablamos sobre esto: si ahora mismo estuviéramos en los años 40 y yo estuviera casada con un hombre negro sería la peor persona del planeta.

Sería ilegal…

Exacto. No porque esté mal casarse con un hombre negro o tener relaciones con personas de otra raza, que no lo está, sino simplemente porque la sociedad de aquel momento tenía unos tabúes tremendos respecto a los temas raciales. Ahora esto, en 2016, no pasa. Si yo tengo de novio a un hombre negro o una novia negra a todo el mundo le daría absolutamente igual. Le tratarían de la misma manera que si fuese blanco, ¿no?

Si tú lo dices…

Con matices, de acuerdo, pero hemos tenido 60 años, menos probablemente, de evolución a este respecto. Sin embargo, tuvo que haber alguien que en ese momento clamara por los derechos de las mujeres al voto, por los derechos de los negros a subirse en los mismos autobuses que los blancos, etcétera, etcétera, etcétera. Con el trabajo sexual pasa lo mismo. Es complicado ser de las primeras en decir: “Oye, que se puede estar en esto y tener dos dedos de frente”. Alguien tiene que hacerlo. Así que lo que yo decidí fue pertenecer a esa primera o segunda oleada de actrices que realmente defienden sus derechos y deciden meterse en esta industria pese al estigma social.

¿Notas que vaya diluyéndose ese estigma?

Todavía quedan muchos pasos legales, mucha evolución a nivel legal y a nivel administrativo, pero ya te digo… Alguien tiene que ser el primero. Alguien que diga que existimos, que estamos aquí y que somos tan normales como cualquier otra persona. Aparte de eso, mi pensamiento interno o cómo me lo gestiono internamente es: si alguien en un futuro no me quiere contratar porque he sido actriz porno implica que yo no quiero trabajar con esa persona. Porque el problema no es mío, el problema es suyo por tener la mente cerrada. Aunque sea duro decir esto, porque me estoy cerrando puertas, o la libertad de poder trabajar en lo que quiera dentro de unos años, sigo pensando que mi derecho a hacer lo que me dé la gana está por encima del derecho de los otros a decirme qué es lo que tengo que hacer. No sé si esto tiene sentido…

Es cristalino…

Mi decisión es que no quiero vivir condicionada por los miedos de los otros. No quiero vivir condicionada por el miedo a qué pasará en el futuro, no quiero vivir condicionada por el miedo de mis padres o de mis amigos, o de mi entorno, o de la sociedad. Quiero hacer lo que yo realmente deseo hacer, lo que a mí realmente me hace feliz, y a mí el porno me hace jodidamente feliz y ha sido así todos estos años. ¿Por qué voy a dejar de lado algo que me gusta sólo porque existe un estigma social? Que además no está fundamentado en nada. El problema no es mío, es de la sociedad, y es la sociedad la que tiene que cambiar, no yo. Ni mi opinión, ni mi vida tienen que cambiar, porque no hay nada de malo ahí.

Esto no es un estigma, pero sí un cliché que quizá alimente de alguna manera ese estigma: el porno es un producto por y para hombres.

Es complicado hablar ahora mismo de la industria en términos generales, porque la industria engloba un montón de cosas, un montón de productoras. Una cosa es hablar del porno gratuito que tú puedas encontrar en internet, que sí es machista y sí está orientado a un público masculino. Pero ahora mismo hay tantísimos nichos de mercado que es complicado juzgarlo. Siempre digo que juzgar el porno por lo que has visto en los tubes es como decir que no te gustan las hamburguesas porque has ido a un McDonald’s. Ese porno de los tubes es una parte pequeña del porno y a partir de eso juzgamos toda una industria.

Pero los tubes son reflejo de las querencias del personal, ¿no?

Vamos a ver, sí es verdad que dentro del porno mainstream, no dentro de la pornografía, dentro del mainstream (lo enfatiza) casi todo el porno está hecho por y para hombres, básicamente porque la mayoría de los directores son hombres, antiguos actores, que se dedican a repetir un producto que ha funcionado y sigue funcionando en términos comerciales. No quieren innovar, simplemente siguen haciendo lo de siempre.

Amarna by Nico Bertrand 04 (niveles)

¿Crees en lo del “porno para ellas”? Porno, en teoría, hecho para que lo disfruten sólo las mujeres, o para que lo disfruten más las mujeres que los hombres.

No me gustan esas divisiones, porno hecho para hombres, porno hecho para mujeres. Porque eso conlleva delimitarlo, es un sistema demasiado binario. Primero, porque no existen solamente dos sexos. Si hablamos de porno para hombres, porno para mujeres, estamos excluyendo la transexualidad, la gente con género fluido, la gente que se define como queer, y un espectro amplísimo de personas que estigmatizamos por no incluirlas dentro de estas dos categorías. Además, creo que lo que nos gusta en la cama viene dado por nuestras experiencias, nuestras vivencias y por nuestros gustos personales, no por nuestros genitales. Es un maniqueísmo pensar que por tener polla te gusta el sexo duro, o que por tener vagina te gusta el sexo romántico rodado con una buena fotografía. A mí, que soy mujer, me gusta mucho el sexo duro, y me gustan mucho productoras que tienen un estilo gonzo, que proponen un tipo de sexo absolutamente brutal. Como actriz me gusta mucho rodar escenas así. Pero también me gusta todo lo contrario. No existe un patrón. Por eso no me identifico con esa división tan simplista de porno para tal o porno para cual. Me gusta más el concepto del porno ético, donde se respete a actores y actrices y se genere un producto que no sea sexista ni machista ni racista, que nazca del respeto.

Porno ético… ¿De qué hablamos exactamente?

No sé quién acuñó lo de porno ético, pero para mí el porno ético es ese que, como te digo, respeta a los actores y a las actrices, que consensua los contenidos, ese en el que se pone todo sobre la mesa antes de empezar a grabar. Y está el tema de la remuneración, las productoras que se ajustan a ese perfil te ofrecen contratos que te empoderan como actriz, no estás vendiendo tu alma como con la mayoría de las productoras, no estás teniendo que asumir un trato abusivo, sino que estás siendo respetada en todos los sentidos: como persona, como actriz. Así que es porno ético tanto por las condiciones laborales como por el trato.

¿Cómo sería el porno no ético, entonces?

Sería prácticamente lo contrario a lo que te he dicho. En el porno que no es ético las actrices firman contratos abusivos, percibes una remuneración que no es consecuente con el dinero que la productora va a ganar gracias a ti. Y dentro de la escena no estás empoderada, no tienes opinión para decidir si prefieres hacer una cosa u otra, simplemente estás ahí para que te digan lo que tienes que hacer. Además, chicos y chicas reciben una remuneración muy diferente. Esto es una cosa muy típica en el porno mainstream, que las chicas ganemos dos o tres veces más que los chicos. Me parece mal, me parece injusto y poco ético.

Esto que llaman glamcore, escenas más cuidadas, donde se pone más énfasis en el disfrute de la mujer, donde se muestran mujeres más “naturales”, aunque lo de mujeres naturales sea siempre relativo, ¿es una moda pasajera o un signo de hacia dónde se dirige la industria?

Bueno, esto lleva desarrollándose desde hace unos años, y te voy a dar una opinión personal. Durante los años 90 hubo una tendencia a hacer cuantas más cosas mejor, cuanto más bestia mejor. Cosas que no se habían visto nunca antes en el porno: gang bangs, dobles penetraciones, triples penetraciones, era como una carrera para ver cuántas pollas podían caber en el cuerpo de la mujer. Todas estas brutalidades absolutas, que por otro lado me parecen maravillosas, acabaron cansando al espectador. Llegó un punto en que la gente se cansó del gonzo y del sexo super explícito. Y entonces aparecieron X Art y todas esas productoras con un corte más glam, y sacaron un producto que en aquel entonces era absolutamente novedoso, que rompía con esa tendencia que te digo. Presentaban a chicas sin operar, chicas muy naturales, aunque tengas razón en que lo de naturales es un concepto muy relativo. En realidad hablamos de vecinitas de al lado, por decirlo de otra manera. La vecinita de al lado practicando un sexo romántico, sin grandes artificios, sin grandes algaradas, y sin nada de lo anterior: ni dobles penetraciones, ni gang bangs, ni nada. Sexo normal con gente normal y todo filmado con mucho sentido de la estética.

Y gustó.

Esto fue un pelotazo, porque era exactamente lo que el consumidor quería ver después de esa oleada de sexo tan duro y tan explícito. Ahora buscaban todo lo contrario. Entonces, esas productoras se dispararon a nivel comercial y hoy en día el glamcore es una parte importante de la industria, aunque el hardcore todavía tenga mucho éxito. No creo que sea algo pasajero, ya se ha demostrado que no lo es, porque está aquí desde hace unos cuantos años. Pero tampoco creo que sea un signo de hacia dónde se dirige la industria, lo que quiero pensar es que forma parte de un amalgama, forma parte de todos los productos que podemos encontrar dentro de la representación explícita del sexo. Es un signo de que va a haber más variedad… (Hace una pausa) O eso quiero pensar.

Entonces, ¿en el porno buscamos realidad o fantasía? Si buscamos fantasía, ¿por qué nos iba a interesar productos que se acerquen más a lo que es el sexo “normal” entre dos personas, sin gang bangs, sin dobles penetraciones?

Es que depende de la persona. No creo que todo el mundo busque en el porno lo mismo, hay muchas personas que buscan ver en pantalla las fantasías que ellos no pueden llevar a cabo en su vida real, hay mucha gente que prefiere sentirse identificada con las personas que está viendo en el porno, hay quien prefiere ver algo que esté totalmente guionizado y que no tiene que ver con lo que te podría pasar en tu día a día, pero depende… En mi caso es algo variable. A veces me gusta mucho ver escenas que serían imposibles de realizar en mi día a día, como las de Brazzers, que es la azafata que se liga a uno de los pasajeros y acaban follando en el servicio del avión. Dudo que esto me pase, pero me gusta verlo en pantalla. Estimula mis fantasías. Y muchas veces lo que quiero es ver a gente haciendo sexo normal, teniendo el sexo que yo tendría en mi casa, con gente normal, chicas normales. Así que depende de la persona y depende de cada uno…

¿Se puede “re-educar” al consumidor de pornografía promoviendo ese material? Me consta, por ejemplo, que muchos tíos nunca se acercarían a escenas de masturbación porque, y cito a una fuente anónima, “necesito ver una polla en acción para identificarme” (sic). Es decir, la imagen de una mujer disfrutando, sola, no les pone.

Sí, me parece que se puede re-educar. Totalmente. Hay opciones, lo que pasa es que no están dentro del porno mainstream. Las soluciones son básicamente dos: más visiones y más maneras diferentes de representar el acto sexual, lo que te comentaba antes; y que la gente aprenda que si quieren un producto que realmente se adapte a sus necesidades, a sus deseos, lo que tienen que hacer es buscarlo y pagar por ello, y no piratear o ir a los tubes. Aunque nos moleste, pero es así; es nuestro trabajo y cuesta dinero producirlo.

Amarna by Nico Bertrand 06 (niveles)

Antes has descrito el estereotipo de la vecinita de al lado. ¿Tú no representas otro estereotipo dentro del porno? La universitaria, la persona leída, la que sabe hacer la o con un canuto…

Sí, y si lo piensas es terrible ese estereotipo. Por lo que implica. Pero sí que existe ahora mismo una especie de moda, o de querencia, por la actriz porno que sabe hacer otras cosas aparte de follar. Esto empezó con Sasha Grey, que fue la primera que dijo: “eh, que aparte de hacer porno tengo otras cosas de las que puedo hablar”. Sasha es de la misma generación que, por ejemplo, Stoya, que además de dedicarse al porno tiene su productora, su blog y está metida en otras historias que no tienen que ver con follar delante de una cámara. Gracias a ellas dos sí que está habiendo una moda en los medios mainstream para dar pábulo a estas chicas. Pero como ellas dos hay muchas más, lo que pasa es que ellas dos han sido las que han triunfado o las que han recibido más atención. Dicho esto,  es muy probable que si no hubiera sido por Sasha ahora mismo no estuviéramos haciendo esta entrevista.

¿No hay un cierto cruce de cables ahí? Amarna Miller es lo que es, es quien es, es actriz porno, es escritora, es fotógrafa, pero también el personaje, también la fantasía de la chica lista…

Bueno, es cierto que se nos exige, o nos autoexigimos, el tener un personaje. Al final hay mucha presión, sobre todo por parte de los fans, a la hora de establecer una barrera entre la persona que está en pantalla follando y la persona real, la que lleva una vida como una persona cualquiera. Muchos fans lo que quieren creer es que eres una mujer insaciable, totalmente salida y que no puedes parar de pensar en el sexo. Ese es el personaje que interpretas en pantalla, y los fans parecen olvidar que somos actrices. El porno es lo que hacemos pero tenemos una vida aparte de eso. Algunas tenemos carreras universitarias, y no quiero que esto suene pedante o intelectualoide, pero todo se reduce a que nos mueven otros intereses además de follar mucho.

Si un día no te gusta el partenaire, o no tienes demasiadas ganas de trabajar, como nos puede pasar a todos, ¿cómo lo afrontas? ¿Puede uno, digamos, despegarse emocionalmente de su cuerpo y que no sea más que un producto que ofreces, una herramienta?

Bueno, yo no entiendo mi trabajo así. Yo no me despego de mi cuerpo para nada. Lo primero es que, para dedicarte a la pornografía, hay que tener una libido alta, tienes que ser una persona a la que le guste mucho el sexo, y desde luego yo entro dentro de ese perfil. Si eres una persona a la que no le apetece follar todos los días entonces el porno no es para ti.

Eso lo doy por sentado, me refería a los días chungos.

Por supuesto que hay días en que estoy cansada, o el rodaje empieza muy pronto, o tengo un mal día como dices… No lo sé… Hay millones de situaciones que hacen que llegues al set de rodaje y a lo mejor no estás de buen humor, pero en mi caso concreto… Mira, yo soy una persona muy positiva, soy una persona con una política de cero dramas en mi vida. Y de todas formas, en cuanto me pongo a ello me entran las ganas. O sea, en cuanto pasan cinco minutos en la escena y me dan cinco besos me pongo cachonda y ya tiro para adelante y me apetece hacerlo. Entonces, para mí no es un despegarme de mi cuerpo, no es un “aquí estoy yo y aquí está mi personaje”. Cuando llego al set no soy otra persona diferente a la que entró, para nada. Soy la misma. Lo que pasa es que me animo con mucha facilidad. Pero este es mi caso personal, no sé cómo lo gestionarán las otras actrices o los otros actores. Yo no soy un producto que ofrezco. Soy yo misma.

En el trabajo sexual, sea el porno, la prostitución, siempre surge el asunto de la voluntariedad. Si estás metida en eso, o bien no es porque quieres o bien es porque andas muy jodida…

Yo te voy a hablar de la pornografía, que es mi territorio. Aquí hemos llegado a un punto en que la gente no quiere saber lo que realmente pasa en el porno, sólo quiere confirmar sus expectativas sobre la industria. A mí han llegado a intentar convencerme de que no me gusta lo que hago, han llegado a intentar explicarme por qué he de sentirme mal haciendo mi trabajo. Es como: “No, no… Que estoy bien, que esto me gusta y no tengo ningún problema con el porno”.  (Risas) Así que ese cliché ha hecho también mucho daño, desde luego. Y está toda esta gente que, basándose en estadísticas de internet, me hablan de cosas como casos de violaciones dentro del porno. Pero hay muy pocas estadísticas reales, basadas en testimonios reales, de entre todas las que circulan por la red. Todas estas grandes parrafadas de declaraciones de actrices están sacadas fuera de contexto, están manipuladas y están expuestas de una manera que terrible. Si pudieras leer el mismo fragmento en su contexto entenderías que no es la película de terror que han intentado pintar. ¡Si lo hacen con mis propias entrevistas! Sacan declaraciones de contexto para explicar por qué el porno es muy malo. Si no se manipulara y se tergiversara tanto, la gente alucinaría con la cantidad de chicas que estamos en esto porque nos gusta, porque nos lo pasamos bien y porque de verdad disfrutamos. ¿Existe gente que lo hace por necesidad? ¡Coño, claro que existe! Pero también estamos las otras, y no se nos da bombo ni se explican nuestras historias.

¿Por qué? ¿Qué intereses hay detrás de esa visión grotesca y sucia del porno?

Porque esa visión grotesca es la que más, la más sensacionalista, y porque la gente todavía quiere pensar que las trabajadoras sexuales nos dedicamos a algo amoral. Que nuestro trabajo tiene muchas connotaciones negativas, que el sexo es perverso y oscuro, así que tenemos que sentirnos mal por ello.

Hace tiempo afirmaste que los actores suelen estar en esto porque les gusta, y el 90% de las actrices están por dinero.

Esto es una exageración. No sé si yo he dicho esas palabras tal cual…

Tal cual te las acreditan…

Pues es una exageración, porque no es el 90% de las actrices. También depende mucho de los países. Las chicas del Este, por ejemplo, que son la mayor cantera del porno en Europa, en general necesitan dinero y el porno es una fuente muy fiable, muy rápida, de conseguir bastante dinero. Un dinero que en sus países es una fortuna. 400 euros en Rumanía son mucho más que 400 euros en España, no sé si me explico. Pero ahora que vivo en Estados Unidos me estoy dando cuenta de que las cosas funcionan de otra forma, así que me retracto de esa afirmación. Lo que dejaría entrever es que para los hombres el porno no tiene el estigma social que tiene para las mujeres. Para un hombre estar en el porno es casi un signo de virilidad, ¿no?

Sin el casi…

El actor porno es un casanova, un tío con la polla grande, muy activo sexualmente.

Un dios para el resto de los tíos…

Exacto. Mientras que para la mujer es algo poco menos que denigrante. Y yo no podría estar más en contra de esto, pero es lo que se asume socialmente. El actor porno es la leche, está ahí follándose a todos esos pibones, es un triunfador; pero si eres chica y te dedicas al porno… Pues nunca vas a encontrar el amor, seguro que te violaron de pequeña, seguro que tienes algún tipo de problema con tus relaciones personales y nunca vas a encontrar pareja porque… ¿quién querría estar con una actriz porno? Así que hay muchos más chicos queriéndose meter al porno que chicas, aunque hay mucha menos cabida para nuevos chicos que para nuevas chicas porque es bastante más complicado ser actor porno que ser actriz porno.

Amarna by Nico Bertrand 09

Deja que vuelva con esas chicas del Este un momento. Cuando van a buscar a una actriz, ¿no cuentan precisamente con que es mucho más fácil convencer para hacer porno a una chica de 18 años que vive en Bucarest que a una de París? No hay que subestimar el poder de coacción de la pobreza.

Bueno, las productoras no van a buscar a ninguna chica, las chicas se meten dentro de la industria. A ti no te va a venir una productora y te va a decir: “Oye, ¿te quieres meter en el porno?”. Eso no funciona así…

¿Cómo funciona?

Son las chicas las que dan el paso. Los motivos por los que dan el paso… Yo tengo poco que decir al respecto, porque no estoy en su situación. Es cierto que en los países del Este, pues eso, para las chicas lo que se cobra en el porno actualmente es bastante dinero, igual que para mí lo que se cobra en España no lo es. (Se ríe). Dentro del porno europeo, por lo menos. Entonces, para ellas rodar una escena supone una forma de ganar buen dinero, y es tan legítima como cualquier otra. Hay muchísimas modelos de pasarela que salen de Lituania, porque tienen las piernas muy largas y los cuerpos muy bonitos, pero…  Claro… ¿Estas modelos se meterán en la industria de la moda porque necesitan el dinero o porque realmente les gusta? ¿Alguien se está planteando esa pregunta?

No me suena, no…

Entonces, ¿por qué nos la planteamos en el porno? Que cada una haga con su cuerpo lo que le apetezca, siempre y cuando sea por su propia voluntad.

De todas formas, yo no me refería a las chicas, hablaba de quienes las contratan…

Ya, pero no me parece que haya ningún tipo de coacción. No puedo hablar por ellas. Si alguien decide meterse en un trabajo que le va a proporcionar el dinero que necesita… Es que es lo mismo que si se metiera a ser camarera, lo que pasa es que gana más pasta. El hecho de que sea algo relacionado con el sexo y esté estigmatizado no quiere decir que esa persona no esté en pleno uso de sus facultades. De todas formas, ya te digo, las productoras no van allí a buscar a nadie. En todo caso las agencias, y las agencias es otro tema completamente diferente. No comulgo demasiado con esas agencias.

Habrá quien opine que no se puede ser feminista y trabajar en el porno, o en cierto tipo de porno. Por lo que tiene de cosificación de la mujer.

Es cierto que hay una parte de la pornografía que es machista, pero hay otra que no lo es en absoluto. ¿Qué pasa? Aquí volvemos de nuevo a lo que te comentaba antes, porque es la base de todos los malentendidos; la gente toma como referencia el porno gratuito, que no es una representación de la industria. Es una representación de los tubes; los Xhamster, los Pornotube, los Xtube. Y la gente se piensa que el porno que encuentra ahí es el porno que existe, cuando no es así para nada. Eso es un 20% de la industria. Los tubes son la comida rápida de la pornografía, y juzgar una industria entera a partir de lo que encuentras gratuitamente no tiene ningún sentido. Pero es uno de los principales problemas respecto a los estereotipos y las estigmatizaciones en el porno; la gente no busca, se queda con lo que encuentra gratis, porque la gran mayoría del porno no está pirateado. No se puede negar que existe un tipo de porno que tiene un componente machista o de cosificación, pero el porno es una fantasía, no es una referencia. Aun así necesita actualizarse y dar la oportunidad a nuevos creadores de poder expresar lo que es su representación del sexo explícito.

No hay un feminismo, hay muchos feminismos, algunos incluso irreconciliables respecto a ciertas cuestiones. ¿Dónde estás tú?

La corriente feminista que yo sigo, o con la que estoy de acuerdo, es la del feminismo pro sex, que, por ejemplo, no es abolicionista respecto a la pornografía. El feminismo pro sex está a favor de las libertades sexuales y afirma que son una parte básica de la libertad de la mujer. Es decir, es mi cuerpo y yo decido qué hago con él. Si quiero prostituirme me prostituyo, si quiero dedicarme a la pornografía me dedico a la pornografía, y nadie puede decirme qué debería hacer y qué no. A mí la pornografía me hace sentir empoderada. Hace que sienta que tengo pleno control sobre mi sexualidad, exploro horizontes y fronteras que de otra forma no hubiera podido alcanzar y en general es algo extremadamente positivo para mi vida y para mi sexualidad. Así que si alguien me dice que es algo que no debería hacer me parece cuanto menos agresivo. Lo más feminista que puedo hacer es utilizar mi cuerpo para lo que me apetezca. Si hay quien está en contra de eso, lo siento mucho; pero es mi vida.

¿Conviene tener un plan B cuando empiezas en esto? Como los futbolistas, a la edad a la que el resto de la gente está poco menos que independizándose ellos han terminado su carrera profesional.

En cualquier trabajo relacionado con tu imagen hay que tener un plan B, porque tu imagen no va a durar toda la vida. Igual que si eres actor, o si eres modelo, o te dedicas a hacer publicidad y anuncios. Hace falta un plan B, porque si te pasa algo, si te pones enferma… Imagínate que yo me rompo una pierna mañana, pues estoy tres meses sin trabajar. O imagínate que una modelo tiene un accidente de coche y le amputan una pierna.

¡Joder!

(Se ríe) Pues tiene que buscarse otra cosa.

¿Y cuál es el tuyo?

Por ahora quiero dedicarme a la pornografía. Eso es lo que más me gusta en el mundo y me lo estoy pasando muy bien. Entonces, por ahora mi plan A es el porno.

¡El B! ¡El B!

(Risas) A ver, hay una serie de cosas que se mantienen estables en el tiempo respecto a mis intereses. Una es la escritura, otra es viajar, y otra es la fotografía y el vídeo, el tema audiovisual. Sé que mi futuro tendrá que ver con estas tres cosas. Con la creación artística, con los viajes y con la escritura, porque es lo que más me gusta en esta vida, aparte de lo relacionado con el sexo, por supuesto. Ahora bien, ¿cómo voy a hacerlo? No lo sé. Pero tengo mucha seguridad en mí misma, llevo ya trabajando muchos años y sé que me puedo sacar las castañas del fuego en prácticamente cualquier situación. Si no es a una cosa me dedicaré a otra, y no soy una persona a la que se le caigan los anillos por trabajar. En el porno puedo ganar mucho dinero en poco tiempo pero hay otras cosas en las que no se gana tanto, y no tengo ningún problema, no llevo un nivel de vida que requiera muchísima pasta. Por ahora lo que hago es ahorrar y hacer lo que me gusta. No hago planes a largo plazo, porque me parece que siempre se acaban rompiendo. Y me parece que muchas veces, por estar tan concentrado en ese plan que tienes para dentro de diez años, te pierdes opciones que hay por el camino. Entonces, yo me planteo mi futuro abriendo puertas.

¿Y eso?

Porque, según voy tomando mis decisiones, unas puertas se abren y otras naturalmente se van cerrando. En el momento presente voy eligiendo las puertas que más me gustan, las que pienso que en un futuro me van a reportar más beneficios, más felicidad o que van a ser más positivas para mí, y así voy caminando, voy haciendo mi vida. No quiero pensar qué voy a hacer de aquí a diez años, no tendría ningún sentido. La vida da muchas vueltas como para saber dónde estaré yo, en qué lugar del mundo estaré, dentro de diez años.

La vida da muchas vueltas, y a Risto Mejide le dijiste que no querías tener hijos. Además lo afirmabas con contundencia. ¿Esto se puede tener tan claro a tu edad?

¡Pero es que no me gustan los niños! Todo el mundo igual. Todo el mundo lo mismo… Que si eres joven…

No mate usted al mensajero, Amarna…

(Risas) Mira, a mi chico le llevan diciendo lo mismo no sé cuántos años, y él tiene ya 33. Y a mí me llevan años diciendo que ya me entrará el instinto maternal, que ya cambiaré con los años, y la verdad es que estoy cansada de escucharlo. Creo que podemos pensar que una persona con 25 años tiene las ideas lo suficientemente claras, y creo que puedes darte cuenta de ello escuchándome…

Sí, pero tener las ideas claras no implica no cambiar jamás de los jamases…

Bueno, yo estoy segura de que no quiero hijos. Eso conllevaría renunciar a un montón de cosas a las que no estoy dispuesta a renunciar.

Otra recurrencia, la ninfomanía. Veo que Peter North ha rodado unas 3.000 películas. Tres ceros, eh. Ed Powers unas 2.000. Randy West más o menos las mismas. Después de reflexionar sobre ello y asumir que estoy tirando mi vida por el retrete, ¿crees que en un futuro cercano se nos irá de la cabeza la idea de que una mujer a la que le guste tanto el sexo como a un hombre es una anomalía? O quizá eso sea verdad. A las mujeres no les gusta tanto el sexo como a los hombres. Mejor dicho, no necesitan tanto sexo como los hombres…

¡Bullshit! ¡Espero que no pienses esto!

En absoluto, sólo intento tirarte de la lengua…

(Risas) Pues más estereotipos, tío. El hombre que tiene muchas compañeras sexuales es un playboy, un dios como decías tú antes, y la mujer que hace lo mismo es una puta. Es el estigma, la letra escarlata. Por favor, dejemos de pensar esto, porque lo que estamos haciendo es perpetuar unos estereotipos que vienen dados por una formación religiosa y por una base educacional que no somos conscientes de que sigue ahí, pero vaya si sigue…

Entonces la mujer necesita y quiere follar tanto como el hombre.

Las mujeres tenemos tanto deseo sexual como los hombres. Funcionamos de forma diferente, porque nuestros mecanismos biológicos y nuestras hormonas son diferentes. Por ejemplo, dependiendo de en qué punto del ciclo menstrual estés tienes más o menos deseo sexual, pero eso no implica que nuestro deseo sexual sea más limitado que el de los hombres, o más reducido. Conozco a muchas chicas a las que les gusta el sexo tanto o más que a mí, aunque no estén en el porno.

Alguien me dijo, una mujer, que “el deseo femenino sigue siendo el gran desconocido”.

Sí, el deseo femenino sigue siendo el gran desconocido, básicamente porque no se han hecho estudios, no se le ha prestado atención, y en la pornografía tampoco se le ha dado mayor bombo hasta hace muy, muy poquito. Por ejemplo, pensemos en un pensamiento típico de los hombres, o al que yo me he tenido que enfrentar varias veces: todas las chicas se corren igual, todas las chicas se masturban igual. Recuerdo un novio que tuve, con 18 años o así, que estaba realmente traumatizado porque yo no me corría con la penetración, solamente me corría tocándome el clítoris. Me hizo pensar que estaba enferma, hasta el punto que me recomendaba ir a un sexólogo y todo.

Vaya pieza…

Sí, pero luego descubres que sólo un 40% de las mujeres, una minoría, se corren únicamente con la penetración. La mayoría son como yo, tienen que tocarse el clítoris para llegar a correrse. Y esto en general se desconoce, y en realidad hasta que no te pones a investigar no sabes nada.

¿Deberían pasar ese porno alternativo, más respetuoso con la mujer, con la representación de su sexualidad, en los institutos? Para que no ronden por ahí más desnortados como ese novio tuyo…

Yo creo que antes de pasar ningún vídeo lo que habría que hacer es hablar con los chicos. Aquí lo que tenemos es un gran problema de educación sexual. Por mucho que pasemos cinco, tres, cuarenta vídeos, a no ser que alguien tenga una conversación como dios manda con los adolescentes esto no va a llevar a ningún sitio. Y es la eterna discusión, ¿no? Siempre culpan al porno. Todo el mundo culpa al porno por presentar una imagen de la sexualidad que no es realista en vez de preguntarse por qué los adolescentes se piensan que lo que ven en el porno es real. Y lo piensan porque nadie les ha enseñado qué es realmente el sexo, qué es realmente una masturbación, qué es realmente el orgasmo. Entonces buscan referencias y lo único que encuentran es la pornografía. Así que estaría muy bien pasar esos vídeos, pero lo que yo creo que realmente hace falta es que los padres hablen con sus hijos, que los profesores hablen con sus alumnos, y que las figuras de poder hablen con los adolescentes para explicarles realmente qué es la sexualidad. Qué maneras hay de protegerse de las ETS, qué maneras hay de no quedarte embarazada, y un largo etcétera. Lo que hace falta es una base… que no tenemos.

V1B0250 (nico Bertrand)

¿Va a pesar tu paso por la pornografía en tu carrera como escritora? Es decir, ¿te va a costar separar a la Amarna Miller, el objeto de deseo de cientos de miles de personas, de la poetisa de Manual de psiconáutica? ¿Te preocupa lo más mínimo?

No me preocupa lo más mínimo y desde luego no quiero separarla. ¿Por qué querría separarla? Mira, me preguntaba mi editor: “¿te gustaría firmar tu libro con tu nombre real o como Amarna Miller?”. Y yo hago la siguiente reflexión: ¿por qué nos pensamos que el hecho de que lo firme con mi nombre real va a aportar seriedad a la obra? ¿Por qué no pensamos que la misma persona que está ahí follando delante de la pantalla es la misma que está escribiendo estos poemas y está sacando estas fotos? Quiero pensar que Manual de psiconáutica puede servir para reafirmar mi discurso de que aparte de estar ahí delante desnuda y con todo el mundo haciéndose pajas conmigo, tengo otras cosas que decir y otras cosas que contar. Sé que esto tiene sus pros y tiene sus contras. Tiene sus pros a la hora de romper con los clichés y tiene sus contras porque muchos periodistas lo utilizan como una forma de promoción sensacionalista. ¡La actriz porno que lee poesía! ¡La actriz porno que te podrías encontrar en una biblioteca!

El vecino que te podrías encontrar en una biblioteca, eso ya sería bastante sensacionalista…

(Risas) Es como, vale, muy bien… Lo hemos pillado. ¿Podemos dejar de basarnos en esta prensa amarilla para promocionar mi trabajo y ver mi vida de una forma tan normal como si fuese… No sé… Victoria Abril?. Victoria Abril es actriz y además graba discos, y no pasa nada…

No sé si te querrías llevar tantas hostias como Victoria Abril. En su caso, por no seguirle el juego al personal, a ese periodismo amarillento.

Bueno, eso aparte. Pero de ella no dicen, ¡la actriz de cine convencional que también canta! ¿Por qué eso no sorprende y la actriz porno que escribe poesía sí?

En parte por todo esto que estás diciendo, sobre todo por eso, y en parte porque es mucho más habitual que una actriz convencional saque un disco, supongo.

Pues esto es lo que tenemos que reflexionar y que pensar. Me parece bien que se use mi imagen como actriz porno a la hora de promocionar mi libro o mi discurso, porque eso significa que el estereotipo se resquebraja, pero también hay que plantearse, vosotros como periodistas y el público como consumidor, por qué resulta extraño que una actriz porno también lea poesía.

¿Por qué ese título, por qué la psiconáutica?

Porque me interesa la psiconáutica. Porque, según la psiconáutica, nuestro cuerpo está limitado por nuestros sentidos. Percibimos lo que nuestros sentidos nos dejan percibir, lo cual no quiere decir que eso sea todo lo que existe, que eso sea toda la realidad. Por ejemplo, las moscas perciben treinta mil colores más que los seres humanos, por lo tanto esos treinta mil colores existen. Y los rayos ultravioletas, los rayos X, las microondas… Son cosas que están ahí y que otro tipo de organismos pueden percibir, pero nosotros no, porque nuestros sentidos están limitados. En muchos, muchos sentidos. Y es algo por lo cual yo no quiero pasar. Por eso estoy interesada en la meditación, en los ejercicios de mindfulness o en cómo llegar a otros estados alterados de consciencia.

¿Para eso sirven también el orgasmo o el sexo duro?

Totalmente. Al fin y al cabo, todo son reacciones químicas, y accedes a ellas como quieres. En nuestro cuerpo, todo lo que sentimos, todo lo que percibimos, son reacciones químicas que se desencadenan en el cerebro. Si nos sentimos tristes, en realidad esa es la palabra que hemos decidido ponerle a una serie de mezclas en nuestra química cerebral, en nuestras sinapsis neuronales. Entonces, igual que se puede acceder a ciertas emociones a través de las puertas más accesibles, se puede acceder a las mismas sensaciones a través de puertas no tan accesibles.

William Blake estaba interesado en esas puertas de la percepción, en abrirlas y en utilizar los excesos con tal fin. ¿Te identificas con el ideal romántico inglés del XIX, con el malditismo? Aunque antes me has dicho que quieres cero dramas en tu vida…

A ver, el ideal romántico que parte del sufrimiento, ese según el cual para conseguir las cosas amadas hay que perder algo por el camino. No estoy de acuerdo con ese concepto, pero sí estoy de acuerdo con muchos otros que Blake o -años después- Huxley plantearon. Lo que intento es quedarme con las cosas que más se adaptan al estilo de vida que quiero llevar. Hay cosas de Nietzsche que me parecen maravillosas y otras que me parecen una bazofia absoluta, igual que me pasa con Platón o con Kant. No puedo estar de acuerdo con todo el mundo todo el rato.

 ¿Cómo era la proporción hombres/mujeres en las firmas de libros?

En las firmas de los libros la cantidad de hombres y mujeres es más o menos la misma. No hay mayoría de hombres, como alguien podría pensar. Hay muchas chicas que me siguen. De hecho, esta pulserita que llevo ahora (me enseña una pequeña esclava de plata) me la regaló una chica durante una producción de Cine Basura, un festival de cine de serie B. Una chica de treinta y tantos años que se me acercó y me dijo que le encantaba mi blog y lo que escribía, y me daba las gracias por representar la sexualidad de una forma tan abierta. Me había hecho esta pulsera y me la quería regalar. Y desde entonces la llevo, porque me pareció un detalle precioso, y es un buen ejemplo de la gente que me sigue. En general, cualquiera pensaría que los seguidores de una actriz porno son todos onanistas empedernidos, y en mi caso no es así para nada. Hay variedad. Lo que sí sucede es que los que se me acercan suelen hacerlo porque siguen mi blog, no tanto por mi carrera como actriz.

¿Ves diferencias socio-políticas, por decir algo, entre tus seguidoras y tus seguidores? ¿Más nivel entre ellas? ¿Igual? ¿Me atacan los prejuicios?

Sí, tienes un ataque de prejuicios bastante importante, pero no pasa nada. (Carcajada del entrevistador). Sí, veo diferencias…

Ah, pero entonces los prejuicios no van tan errados…

Pero veo diferencias en otras cosas. Esas chicas que me ven como un modelo a seguir a la hora de hacer un poco lo que quieres, estar contenta con ello, disfrutar de tu sexualidad sin sentirte culpable… Aunque tampoco te puedo dar unos datos objetivos, porque mi información está bastante segada, pero bueno… Diría eso. He conseguido que no sea el porno lo único que condicione mi relación con la gente que me sigue.

Fotos: Nico Bertrand (cortesía de AmarnaMiller.com)

 

Traductor, periodista a regañadientes, copywriter. Quizás nos encontremos en Esquire, Vice, JotDown o en Miradas de Cine. Como me sobra el tiempo, edito Factory.

Tienes que registrarte para comentar Login