Cuadernos

José Saramago, reflexiones sobre la existencia

Por  | 

El Nobel José Saramago entró tarde en la literatura, sin embargo, su estilo narrativo genera cierta curiosidad a cualquier lector avezado que se precie a sumergirse en cualquiera de sus novelas ensayísticas, creaciones surgidas a raíz de los desvaríos internos del autor portugués, quien aporta su visión crítica y sarcástica de la sociedad desde una perspectiva cercana y tranquila pero no por ello carente de combatismos políticos y religiosos, como demuestra en sus dos últimas obras,‘El viaje del elefante’ y ‘Caín’, que escribió con fuerza tras recuperarse de una enfermedad.

La fusión entre la calidad argumentativa, la solidez de los personajes y el peculiar tratamiento de sus textos se hace patente desde la primera página de cada una de ellas: el lector encontrará una historia profunda y con trasfondo reflexivo a través de un viaje por extensos párrafos, largas oraciones sin comas -aunque con pausas- y que se solapa con la expresión oral. Cierto es, de todos modos, que asombrosamente Saramago consigue que la persona que lea su historia no tenga muchas dificultades en la adaptación a su particular modo de escritura, cercana a la oratoria.

No fue hasta 1982, tras ver la luz unas 15 obras, entre novelas y poemarios, cuando la fama literaria llama a sus puertas. Con ‘Memorial del convento’ y ‘El año de la muerte de Ricardo Reis’, el escritor de Azinhaga se consumó como experimentado transmisor de historias. Paulatinamente fue adquiriendo cierto prestigio en el panorama literario universal, hasta la publicación en 1991 de ‘El Evangelio según Jesucristo’. La vida del Hijo de Dios narrada por el propio protagonista sirve de excusa para mostrar la evolución de la sociedad de la época que es ampliamente trasladable a las circunstancias actuales. Polémica desde el primer momento, la novela logró que el gobierno portugués vetara la presentación de Saramago al Premio Literario Europeo, debido a que “ofendía a los católicos”. El novelista protestó trasladando su residencia de Lisboa a la isla de Lanzarote. Cuatro años más tarde, ‘Ensayo sobre la ceguera’ logra un éxito inusitado hasta entonces por ninguna otra obra del portugués: “de una novela a otra pasé de abrir al máximo el panorama físico, social, histórico, humano y político a cerrarlo al microscopio. Traté de intentar llegar lo más lejos posible mediante el detalle”.

Esta afirmación concibe la esencia de la historia contada en ‘Ensayo sobre la ceguera’, donde todos los habitantes de un país caen irremediablemente en una epidemia de ceguera blanca que los encauza hacia un destino cruel y vejatorio al que han de enfrentarse. La historia, que el cineasta brasileño Fernando Meirelles -‘Ciudad de Dios’, ‘El jardinero fiel’- se encargó de adaptar al celuloide en ‘Blindness’, muestra una decadencia y un patetismo que destacan a partes iguales en una obra que, como el resto de la trayectoria del luso, esconde siempre un personaje que se sobrepone a las circunstancias argumentales y nada contracorriente para lograr que el universo particular representado en la historia sea mínimamente habitable. Ese personaje común, como el Nobel ha dejado entrever, está basado en su musa, su esposa Pilar del Río, compañera que mantiene viva la llama de la inspiración en el escritor ibérico.

La carrera literaria de José Saramago dio un sobresaliente vuelco al tiempo de concebir una de sus más aclamadas creaciones. En 1998, de vuelta a casa tras una conferencia en Frankfurt, el escritor recibió una inesperada noticia. “Tomé la llamada de un periodista, pero la azafata del avión me anunció justo antes que había ganado el premio”. Y no un premio cualquiera; el galardón a toda una vida dedicada a las letras: el Premio Nobel de Literatura. “Me sentí la persona más solitaria del mundo, fue una sensación de soledad total”.

Desde entonces, Saramago ha seguido publicando novelas basadas en sus principios literarios, curtidos en la visión de los entresijos de la sociedad a través de los ojos del individuo corriente: ‘La caverna’ (2000), ‘El hombre duplicado’ (2002), ‘Ensayo sobre la lucidez’(2004) o ‘Las intermitencias de la muerte’ (2005) son varias de las últimas propuestas narrativas que integran el resto del camino literario de Saramago. En la primera, una familia de artesanos de un pueblo cualquiera debe hacer frente a la llegada de una gran superficie comercial; en la segunda, un tipo común se encuentra con una persona idéntica a él, hecho que le llevará a una constante búsqueda de su propia existencia; y en la tercera, la Muerte parece que se cansa de perseguir a los vivos y deja que vivan eternamente, con todo lo que ello plantea.

Saramago antepone, por tanto, la lucha del ser humano para alcanzar la esperanza ante cuestiones más triviales y banales de aquellos títulos que minan las primeras estanterías de las librerías más importantes.

Creo en Roberto Bolaño por encima de todas las cosas.

Tienes que registrarte para comentar Login